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Sobre el origen de la Lepra.
J. P.
En un estudio sobre varios VNTRs y SNPs de Mycobacterium leprae se ha concluido que todas las cepas derivarían de un único clon cuya diseminación por el mundo podría trazarse con una cierta fiabilidad. Así, la enfermedad se habría originado en el Este de Africa o Próximo Oriente, extendiéndose por el resto de continentes con sucesivas oleadas migratorias. Los europeos y norteafricanos habrían introducido la lepra en el Oeste de Africa y América en los últimos 500 años.

MARC MONOT et al. (2005) On the origin of Leprosy. Science 308, 1040-1042.


Nuevas dataciones de los restos de Mladec.
J. P.
Los restos humanos fósiles de la cueva de Mladec en Moravia (República Checa) han sido objeto de diferentes controversias, por su posible relación con el origen del hombre moderno en Europa. Ahora han sido datados con unos 31.000 años de antigüedad por el método de espectrometría de masas de los isótopos del carbono mediante un acelerador. Con estos datos puede confirmarse que dichos restos son los más antiguos entre los humanos modernos en Europa.

EVA M. WILD et al. (2005) Direct dating of Early Upper Palaeolithic human remains from Mladec. Nature 435, 332-335.


Atapuerca continúa revelando fósiles sorprendentes.
J. P.
Esta vez se trata de la mandíbula más antigua encontrada en Europa. El resto, catalogado como ATD6-96 supone la mitad izquierda de una mandíbula grácil, perteneciente a un individuo de entre 15 y 16 años, con una datación de entre 780.000 y 857.000 años. Para los autores, este hallazgo refuerza la identidad taxonómica de Homo antecessor, aunque a su vez abre nuevos interrogantes acerca de su relación con los neandertales.

E. CARBONELL et al. (2005) An Early Pleistocene hominin mandible from Atapuerca-TD6, Spain. Proceedings of the National Academy of Sciences 102, 5674-5678.


Nuevos hallazgos de Ardipithecus ramidus en Etiopía.
J. P.
En los depósitos fosilíferos de As Duma (Margen Oeste del Gona, en Afar) se han encontrado una falange, un cuerpo y una rama mandibulares y algunas piezas dentarias, que por su anatomía han sido atribuídos a Ardipithecus ramidus. Los datos radioisotópicos y paleomagnéticos sugieren una edad de entre 4,51 y 4,32 millones de años.

SILESHI SEMAW et al. (2005) Early Pliocene hominids from Gona, Ethiopia. Nature 433, 301-305.


Homo floresiensis portaría un cerebro evolucionado.
J. P.
Los estudios realizados sobre LB1, Homo floresiensis, siguen aportando nuevos datos. A partir de un molde endocraneal virtual, que ha sido comparado con otros de humanos recientes de tamaño normal, pigmeos y microcefálicos, Sts 5 (Australopithecus africanus ) y WT 17000 (Paranthropus aethiopicus), se ha deducido que LB1 no es un pigmeo ni un individuo microcefálico. La proporción entre el tamaño del cerebro y el tamaño corporal lo situaría entre los australopitecinos, pero la forma del molde endocraneal lo sitúa más cerca de Homo erectus. los autores concluyen que Homo floresiensis tendría una capacidad para el más elevado procesamiento cognitivo.

DEAN FALK et al. (2005) The Brain of LB1, Homo floresiensis. Science 308, 242 - 245.