Susanne, C., 2004, ¿Están la enseñanza de la Biología y de la Evolución (humana) en peligro? Antropo, 8, 41-47. www.didac.ehu.es/antropo


Documento para el debate

¿Están la enseñanza de la Biología y de la Evolución (humana) en peligro?

The teaching of biology and (human) evolution in danger?

Charles Susanne

(traduit en espagnol par Esther Rebato)

 

Introducción

Los debates que se refieren a la evolución suelen ser habitualmente de tipo religioso o político, mas que científicos. La mayoría de religiones presenta mitos sobre el origen del Hombre y de los animales. La evolución se opone a la lectura literal de estos mitos y debido a esto muchos dirigentes religiosos se oponen al concepto de evolución. Haciendo un paralelismo con los genes, o unidades de información biológica, los memes constituyen un tipo de unidad de información cultural. Los memes pueden replicarse mediante vectores culturales, de forma que la evolución cultural está basada sobre una selección de tipo cultural, las migraciones, la difusión y la deriva cultural (Susanne, 2003). Pues bien, a pesar del éxito de ciertos memes religiosos, las religiones han comenzado a mostrar signos de decaimiento a medida que se han ido desarrollando los descubrimientos científicos. Todas las religiones han tenido que sufrir profundas adaptaciones, que las alejan de sus principios fundadores.

"Theistic memes, in general, are memes that regulate individual or collective behaviour, including sexual practices and life style rules (ethic rules) beneficial to the group's successful survival under the challenging external environments (both natural and cultural)". "Providing easy explanations to existential questions, softening the fear of death, and keeping social webs compact through the provision of various sets of rules and practices, religions crucially contributed to the survival success of populations" (Simitopoulou y Xirotiris, 2004).

Es por tanto necesario reafirmar la libertad de transmisión de los conocimientos y la de desarrollarlos al amparo de todas las autoridades religiosas. Religiones y sectas no pueden interferir con la enseñanza de las ciencias. También hay que recordar que el laicismo del poder político, los valores modernos reivindicados por la Ilustración, la racionalidad, la tolerancia, la libertad de expresión, los derechos del Hombre, la democracia, son conquistas que han sido arrancadas poco a poco al poder de las Iglesias (Joly, 2003).

El humanismo secular es central en el actual comportamiento cultural y moral; se trata de una filosofía que puede ser compartida más allá de nuestras diferencias culturales y mas allá de las religiones. Las reglas morales no deben basarse en las verdades reveladas, sino en reglas universales elaboradas democráticamente. Esto ocurre en particular cuando se trata de la evolución humana, donde las reglas deben elaborarse independientemente de las diferentes formas de integrismo. Para todos los integrismos, el Hombre está condenado a hacer un mal uso de su libertad: por tanto, hay que limitarlo mediante obligaciones y leyes restrictivas, en particular a la mujer, puesto que, según la opción integrista de “la mujer debe permanecer en el hogar”, ella gobierna la educación de los niños. En estas condiciones, laicismo e incluso democracia son conceptos a combatir. El humanismo es visto como el instrumento de Satán por todos los fundamentalistas cristianos, judíos y musulmanes.

 

La molesta evolucion (humana)

Muchas personas entienden hoy día la evolución como una teoría más entre tantas otras. Sin embargo, no hay razón alguna para compararla y situarla en el mismo plano de igualdad con textos considerados por algunos como "sagrados". En el espíritu de estas personas dichos textos se interpretan literalmente, de forma que se considera que las especies han permanecido fijas después de su creación. Para algunos pues, resulta mucho más fácil conservar los antiguos mitos y considerar que el Hombre continua estando en la cima del reino viviente y que es el centro geográfico del universo. Es mucho más difícil aceptar que el Hombre es una especie más entre las otras, que su naturaleza no es fundamentalmente distinta de la de otras especies animales, y que es además una especie que no representa más que una ínfima parte del conjunto de la historia del universo (unos pocos millones de años respecto a miles de millones). Difícil es, en efecto, transformar la imagen que teníamos de nosotros mismos a lo lago de nuestra historia.

Todavía existe hoy día una especie de negación del conocimiento por parte de los anti-evolucionistas; de hecho, los creacionistas rechazan toda la experiencia y los logros de la biología post-darwiniana. Se podría pensar que esta actitud pertenece al pasado y , sin embargo, en 1972 se creó el "Institute for Creation Research" utilizando la Biblia como libro de referencia para su "Ciencia". Por tanto, el debate no ha acabado aún, incluso aunque los biólogos consideren a la evolución como un hecho y aunque la mayoría de los cristianos no crean realmente que las descripciones bíblicas deban ser tomadas de forma literal. En efecto, las encuestas muestran que muchos ciudadanos creen que la evolución no ha tenido lugar.

Hay diversas razones para todo lo anterior, tanto de tipo educativo como religioso. A nivel educativo, la comprensión de los mecanismos de la evolución exige nociones de genética y de biología que la mayor parte de ciudadanos no tienen. Además, las ciencias no ofrecen respuestas definitivas. A nivel religioso, la mayor parte de las personas, sea cual sea su cultura, están educadas en sistemas de creencias que no ofrecen explicación alguna sobre los cambios biológicos en el tiempo. La relación entre ciencia y religión nunca ha sido sencilla; las ciencias se basan en el análisis de los datos y en su interpretación, mientras que las religiones se basan en un sistema de creencias imposibles de comprobar, basadas en la fe.

En términos de paleontología humana, se puede considerar que «la ciencia no tiene un valor moral», salvo el de la verdad, en tanto que búsqueda de la misma. No es este el caso de muchas otras ciencias biológicas que se encuentran comprometidas en numerosos aspectos de las ciencias aplicadas y donde los intereses externos son cada vez más determinantes. Pero en términos de evolución humana, únicamente el conocimiento puede considerarse como un valor, y las únicas oposiciones provienen de aquellos que consideran este conocimiento como peligroso.

En los libros escolares, al menos en los europeos, la prehistoria se describe de manera uniforme, haciendo de ella un hecho social significativo. Se habla, en efecto, de los Hombres paleolíticos como nuestros primeros ancestros, que vivían en una naturaleza hostil y muy fría, rodeados de enemigos feroces, leones, osos, hienas,…Las descripciones son un tanto caricaturescas, de forma que no hay implicaciones filosóficas importantes (salvo para los creacionistas, estrictos con la escala de tiempo). Pocos textos abordan la evolución de los Primates, la separación de los Póngidos hace unos 7 millones de años y la aparición de las primeras poblaciones de Australopitecos, hace unos 5 millones de años. Se prefiere hablar de las poblaciones de Homo sapiens de hace unos 40.000 años (limitándose a Europa y sin hablar de los Homo sapiens africanos de hace unos 100.000 años).

Recientemente en Europa, se están abriendo paso algunas tentativas de impedir la enseñanza de la evolución. Así, a comienzos del 2004, el gobierno italiano (de Berlusconi) ha hecho una proposición para abolir la enseñanza de la evolución en los programas de las escuelas secundarias. Esta actitud anticientífica es flagrante, se trata de una censura cultural teñida de connotaciones filosóficas.

 

Concepciones cosmológicas

El creacionismo puede presentarse bajo diferentes formas:

- Creacionismo en el que la formación de la tierra es muy reciente: habría sido creada hace unos 6.000-10.000 años, todas las formas de vida habrían sido creadas en 6 días y los cambios geológicos se interpretaría en términos de «diluvio».

- Creacionismo en el que se aceptaría la antigüedad geológica de la tierra, pero donde la vida habría sido creada por Dios siguiendo los textos bíblicos.

- Creacionismo donde cada día de la creación representaría  millares e incluso millones de años.

- Creacionismo progresivo, en el que la tierra es muy antigua: el «Big-Bang» sería la evidencia de la fuerza creadora de Dios, se rechazan tanto la biología moderna como la evolución, y Dios habría creado a los organismos de manera secuencial según lo que se observa en los estratos geológicos.

- Creacionismo evolutivo (o evolucionista): la naturaleza no tiene existencia más allá de la voluntad divina, los sucesos de la creación existen y Adán no fue el primer Hombre, pero sí el primero que fue consciente de ser humano.

- Evolución teísta: Dios creó la vida por medio de la evolución; este punto de vista acepta los datos biológicos modernos salvo cuando se trata de la creación del alma humana (esta posición es la del Papa actual y de numerosas escuelas protestantes).

 

Una rápida mirada a las posiciones religiosas

- Iglesia católica: Lo que parece caracterizar habitualmente a la Iglesia católica, tanto hoy día como en el pasado, es la tendencia a imponer respuestas consideradas como definitivas y, sin embargo, los cristianos católicos no se sienten normalmente a gusto o cómodos ante estas posiciones. La Iglesia católica permanecerá siempre como una institución bicéfala, con un polo de trascendencia mística, de revelación y de verdad y un polo empírico natural inserto en un contexto histórico. La Iglesia realiza un esfuerzo permanente por adaptarse no solo a cada época sino también a las condiciones políticas locales. Todo ello trae como resultado ambigüedades, promesas dialécticas y contradicciones.

En lo que concierne a la evolución, ha sido bastante recientemente (1996) cuando el Papa Juan Pablo II ha mencionado en la Academia Pontificia de las Ciencias que “los conocimientos recientes conducen a reconocer que la teoría de la evolución es algo más que una hipótesis” (¿recientes?). Esta aproximación es todavía muy «prudente», pues no se cita nunca a Charles Darwin y naturalmente se sigue considerando que la presencia humana no puede explicarse sin una intervención divina. La Iglesia católica romana no acepta por tanto la evolución natural ; la evolución no está bajo el control de las fuerzas naturales sino bajo el control divino. Los católicos deben afirmar que Dios es el creador de todas las cosas, espirituales y materiales, y que la evolución está dirigida por Él. La posición oficial de la Iglesia católica es también la de que el alma humana es de creación divina y no está sometida a cambios evolutivos. No obstante, los fundamentalistas siguen creyendo en una interpretación literal de la Biblia y no aceptan ninguna forma de término medio.

- Iglesias protestantes: en estas Iglesias hay muchas divergencias fundamentales. Para los «evangelistas», el autor de la Biblia es directamente el espíritu de Dios; por lo tanto, no existe la posibilidad de error alguno. Para las corrientes «reformadas», los textos bíblicos deben ser interpretados bajo el ángulo de la crítica histórica y del contexto cultural.  No hay por tanto una sino varias teologías protestantes y, en consecuencia, cada creyente tiene una responsabilidad personal.

Las corrientes «evangelistas» son conocidas como «conservadoras» o «fundamentalistas» y en gran medida se oponen a los principios de la evolución. Consideran que rechazar el Génesis, en su sentido estricto de creación en 6 días, es destruir los propios fundamentos de la cristiandad. Por el contrario, el «liberalismo protestante» incluye una aproximación libre y crítica de la Biblia, se rechazan las posiciones dogmáticas y se considera a la creación como un mito. Entre ambas posturas podría situarse a los «reformistas», los cuales insisten en una vuelta a los textos bíblicos pero sin que un libro pueda traducir revelaciones. El protestante puede ir desde el sectario, que rechaza la idea de la evolución, al libertario o rebelde, sin ninguna dificultad para aceptar la evolución humana.

La Iglesia protestante unida de Bélgica, que agrupa a la mayor parte de Iglesias surgidas a partir de la reforma y que disfruta de subsidios del Estado, tiene una fuerte competencia por parte de las Iglesias evangelistas, denominadas «libres», en las que se pone el acento sobre la conversión individual. Estas Iglesias se consideran a sí mismas más cristianas que protestantes. De origen anglosajón, esencialmente americano, las Iglesias evangelistas están ayudadas a nivel financiero por fondos norteamericanos. El discurso es a menudo maniqueo y simplista y la Biblia, autoridad suprema, es considerada infalible. Se admite el creacionismo y no hay nada que hablar sobre ecumenismo, tolerancia o pluralismo.

Después de la primera guerra mundial, los cristianos conservadores americanos, en una búsqueda del renacimiento de valores que ellos consideraban tradicionales, propusieron prohibir toda noción de evolución en la enseñanza pública. Esto trajo consigo el «Acta Butler», votada en 1925, que prohibía la enseñanza de la evolución. Sin embargo, diferentes leyes han sido abolidas por la corte suprema de los Estados Unidos, debido a que violan el principio de separación entre la Iglesia y el Estado. Este hecho no ha molestado a los creacionistas que han solicitado a los profesores que utilicen su «libertad académica» para enseñar el creacionismo. Esto ha tenido un impacto sobre la enseñanza de la biología y sobre la educación en los Estados Unidos, ya que numerosos profesores de las escuelas públicas, para evitar las controversias, han decidido no seguir enseñando evolución.

De hecho, el debate tiene también un origen político, ya que, para muchos, la evolución estaría «en la base del ateísmo, del comunismo, del nazismo, del racismo, del imperialismo económico, del militarismo, de la anarquía y de todo sistema de creencia anticristiana» (¡ni más ni menos!). «América es atacada por las fuerzas de Satán en un esfuerzo de minarla». El lector puede pensar que este debate es estúpido, y lo es desde luego en términos científicos, sin embargo, su finalidad no es la de convencer a los científicos, sino a un público poco formado en Ciencia.

- Iglesias ortodoxas: las Iglesias ortodoxas son denominadas «autocéfalas», ya que son autónomas respecto a toda autoridad eclesiástica «extranjera» y, en consecuencia, son Iglesias nacionales.

En Grecia, la Iglesia ortodoxa es una Iglesia de Estado. Según los principios ortodoxos, el «Padre» es el creador del cielo y de la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles. El Hombre ha sido creado a la imagen de Dios. La evolución no es rechazada eventualmente, en la medida en que Dios es su «Señor», y los 6 días de la creación pueden ser además considerados como períodos. En la enseñanza, los profesores son considerados como ortodoxos, lo que hasta hace poco podía comprobarse en su documento de identidad. La evolución sin embargo no forma parte de los programas de enseñanza secundaria.

En Rusia, la Iglesia ortodoxa no tiene una interpretación literal de la creación bíblica y el concepto de evolución no se considera incompatible con la religión, en la medida en que ésta permanece bajo la dirección divina. En 1991, se creó la “Moscow Creation Society” y sus miembros, en colaboración con el ministro ruso de enseñanza (!), han editado un panfleto creacionista destinado a las escuelas rusas.

- Islam: los libros de Darwin no fueron traducidos a la lengua árabe hasta 1964. Hasta el siglo XX, en los países musulmanes no existía habitualmente más que un sistema de educación basado en las tradiciones musulmanas, donde las materias científicas estaban ausentes. Después de la segunda guerra mundial aparecen las reformas de la educación y se introducen las ciencias.

Sin embargo, los informes de la Unesco muestran que estas enseñanzas están basadas en aspectos teóricos, evitando desarrollar un pensamiento crítico y una reflexión sobre las cuestiones éticas ligadas a los problemas científicos. La excepción es la república turca «kemalista» proclamada en 1923, donde su fundador, Mustafa Kemal Atatürk, declaraba la sumisión de la religión al Estado. La evolución se introdujo en el programa escolar. Sin embargo, el creacionismo ha vuelto con fuerza a Turquía y existe un «Islamic scientific creationism» financiado por organizaciones extranjeras. Necmettin Erbakanm, actual primer ministro del país, es simpatizante de esta organización.

La mayor parte de los escritos islámicos declaran que Adán es una creación directa de Dios y que la evolución de otras especies no humanas puede ser aceptada, excepto si las transformaciones son debidas a mutaciones aleatorias y a la selección natural, concebidas como causas independientes de la voluntad de Alá. El Islam es sin embargo demasiado múltiple y complejo como para juzgar de forma conjunta sus prácticas y sus contenidos. Es cierto que, al menos en los países occidentales, la mayor parte de los musulmanes son moderados respetables. Sin embargo, muchas veces son intimidados por los movimientos islamistas.

Naturalmente, existe una diferencia fundamental entre el Islam y el islamismo. El islamismo es, de hecho, una ideología política de combate que cubren una gran diversidad de corrientes, como los tradicionalistas que luchan por una moral religiosa sin desviaciones, los fundamentalistas, luchadores por una reforma social pero sometida a los preceptos de la “Sharia” o ley coránica, o más aún, los neo-fundamentalistas que solo reconocen como legítima a la “Umma” o comunidad de creyentes.  El islamismo en su conjunto pone el acento sobre una ideología puritana y rigorista, y preconiza el Estado islámico. El islamismo se radicalizó a partir de los años 90 rechazando los valores de la tolerancia, del pluralismo y los derechos del Hombre.

Si tomamos como ejemplo la migración marroquí en Bélgica, que comenzó oficialmente en febrero de 1964, la comunidad marroquí no se interesó al principio más que por la adquisición de derechos sociales y por la igualdad de estos derechos. Sin embargo, la historia más reciente se caracteriza por un repliegue hacia la esfera privada y comunitaria: cada vez se crean más asociaciones que hacen referencia al Islam, que se someten a los preceptos del Islam, por lo que es prácticamente imposible disociar comunidad y creencia. Las páginas “web”, al menos las francófonas, son de tipo práctico, y proponen todo y por tanto nada, incluido cómo perfeccionar su religión o consejos tales como “no es aconsejable para una musulmana casarse con un cristiano pues, en la pareja, la mujer debe estar sometida a su marido” (www.immigrer.net)!

Además, los Imanes que predican en las mezquitas belgas y francesas, por ejemplo, son a menudo enviados extranjeros, pagados principalmente por los subsidios walhabitas, procedentes de Arabia Saudí, surgidos de escuelas sectarias e incluso fanáticas, y protegidos por algunos Consulados. En el Islam no existe la noción de ciudadanía pero si la de comunidad, ya que reconocer una comunidad ofrece la posibilidad de aplicar las propias leyes del Islam a dicha comunidad (Amar Lasfar, rector de la mezquita de Lille en “Hombres y Migraciones”, n° 1218).

El islamismo nos interpela puesto que se trata de una forma de imperialismo religioso fundado sobre métodos de conquista, de proselitismo, incluso de opresión; preconiza una visión teológica de la sociedad. En nuestros países los islamistas constituyen una minoría, que sin embargo no es condenada firmemente por los moderados, que a menudo sucumben al miedo y a las amenazas.

- Religión judía: podemos, quizá de manera arbitraria, distinguir a los judíos llamados laicos (ateos o poco practicantes), de los liberales, de los reformadores, de los conservadores, de los ortodoxos y de los ultra-ortodoxos sometidos a las leyes religiosas tradicionales. El judaísmo se caracteriza por la ausencia de una autoridad centralizada que represente a la totalidad del judaísmo y, por tanto, por la ausencia de respuestas unívocas, como ocurre también en el caso de la evolución. El Hombre se sitúa en la cima de la creación. Pero la comunidad judía expresa posiciones muy diversas, a veces opuestas, siguiendo tendencias muy diferentes (Deroover, 2000).

En Israel, aunque la mayor parte de los judíos no sean ortodoxos, el judaísmo ortodoxo tiene una autoridad considerable en la vida del país mediante el control de los matrimonios, de los enterramientos, del reconocimiento del carácter judío de los individuos, de la concesión del certificado Kosher, etc. La declaración de independencia del Estado de Israel garantiza no obstante la libertad religiosa: "The State of Israel ... will be based on the precepts of liberty, justice and peace as envisaged by the prophets of Israël ; it will ensure complete equality of social and political rights to all its inhabitants regardless of religion, race or gender ; it will guarantee freedom of religion, conscience, language, education and culture".

 Sin embargo, estos principio no se cumplen por completo. A costa de los judíos no ortodoxos, la rama ortodoxa del judaísmo es la única forma de judaísmo reconocida, para disgusto de los judíos de tradición más liberal. Así, encuestas recientes muestran que el 67,9% de los israelíes opinan que los partidos políticos religiosos tienen demasiado poder, el 63% que el judaísmo reformador y conservador debería tener el mismo status legal que los ortodoxos, el 63% piensa que las ceremonias de matrimonio de tradición reformadora o conservadora deberían ser reconocidas (solo se reconocen los servicios ortodoxos). Señalemos también la discriminación de los judíos mesiánicos y el hecho de que las personas de diferentes religiones no pueden casarse en Israel.

 

La batalla «perdida»

Libertad significa responsabilidad. Debido a esto, la mayor parte de los Hombres la temen (George Bernard Shaw, 1856-1950). "Secular humanism is antagonistic to established traditions and religious commitment. Humanism has become for many the dominant religion of our time, a part of the lives of nearly everyone in the developed world" (Ehrenfeld, 1978).

"With the collapse of traditional belief structures, there has also been a dramatic transformation of the ways in which the world, society and the authority of political and social structures are regarded. Probably for the first time in history, the religious legitimations of the world have lost their plausibility not only for a few intellectuals but for broad masses of entire societies" (Engelhardt Jr., 1991).

La obra de Darwin “El origen de las especies” ha sido probablemente decisiva en la decadencia de las religiones. Sin embargo, el darwinismo no impide creer. Para los creyentes, la evolución puede ser considerada como una realización progresiva, dirigida en cierta forma por un plan divino. Teilhard de Chardin veía en la evolución de la vida la prolongación de una evolución cósmica completamente orientada hacia el Hombre: una especie de creacionismo evolucionista!

Se considera a menudo que la religión se ocupa de otras verdades diferentes a las de la ciencia, por lo tanto no hay conflicto entre ambas y no es objetivo decir que el conflicto ha existido y que ha sido perdido por la religión, la cual ha necesitado siglos para aceptar  los hechos científicos. Aún hoy día, en aquellos lugares donde las religiones son virulentas, muchos creyentes interpretan los textos sagrados de forma literal.

Las religiones, como todo conjunto de ideas complejas son memes. Como tales memes participan en un sistema de reproducción y de selección natural: su éxito y su difusión dependen de estos sistemas. Naturalmente, en el ámbito de los memes, un éxito no garantiza la veracidad del mismo. Por ejemplo, el meme de la astrología es extremadamente popular, y sin embargo es totalmente ilógico

No es intolerancia diferenciar lo que es racional de lo que no lo es; la biología y las ciencias naturales emiten conceptos racionales, mientras que las religiones y la astrología, y la mayor parte de las medicinas denominadas paralelas (o alternativas)…no lo son. El estudio de la cultura no puede ignorar los datos de las ciencias biológicas: la hostilidad hacia toda aproximación biológica al Hombre se debe a preocupaciones religiosas y políticas.

Desde el comienzo de las ciencias modernas, en el siglo XVII, se iniciaron los conflictos con las religiones, sobre todo con aquellas personas cuyo prestigio y poder dependían de estas religiones. A medida que se pierdan las batallas, las religiones se retirarán hacia la esfera privada. Las únicas protestas significativas contra esta tendencia provienen de los fundamentalistas que desean reiniciar las batallas sobre los mismos asuntos del pasado.

El integrismo está presente en todas las religiones, no es especialmente musulmán, tiene un origen católico, está muy presente en el judaísmo y ha revivido en el protestantismo. Los testimonios de todo esto son claros: en algunas escuelas de Bruselas no es posible enseñar los conceptos de evolución, ni determinadas partes de la biología, ni tampoco de la historia (prehistoria, evolución del Hombre y del mundo). A la salida de las escuelas se distribuyen pasquines para “rectificar” los cursos de Biología.

No somos contrarios a las creencias religiosas, pero a condición de que estas permanezcan en la esfera privada y de que no impongan ni directa ni indirectamente leyes que invadan el espacio público. La tolerancia se aplica en términos de respeto al individuo. Pero, de la misma manera, no podemos admitir la xenofobia, el racismo, la desigualdad de sexos, el rechazo a las escuelas mixtas. Tampoco podemos admitir que se rechace la enseñanza de los avances científicos, incluidos los que tratan sobre la evolución humana. Las escuelas públicas deben seguir enseñando las ciencias; las ciencias paleontológicas no son ni buenas ni malas, son lo que son y han sido rigurosamente probadas por la comunidad científica. No son las religiones las que tienen que decir e imponer lo que puede o no puede ser enseñado. No permitamos que se imponga la ignorancia.

 

A modo de conclusión

Si no existiera más que una sola verdad, no se podrían pintar cientos de cuadros sobre un mismo tema (Pablo Picasso, 1881-1950).

 

Referencias

Deroover, J., 2000. Le point de vue d'un juif.  Dans: Hippocrate à l'épreuve du temps. Eds. M. Libert et B. Hanson. Academie Bruylant, 303-310.

Ehrenfeld, D., 1978. The arrogance of humanism. Oxford University Press, New York.

Engelhardt, T.H. Jr., 1991. Bioethics and secular humanism. SCM Press, London, 206 p.

Joly, R., 2003. Libre pensée sans évangile. Labor-Espace de Libertés.

Osservatore Romano, 1996. Evolution, Nov. 1, 1996.

Simitopoulou, K. y Xirotiris, N., 2004. Memes of ethics. A co-evolutionary approach. The case of religion's memes. En : Societal Responsibilities in Life Sciences. Ed. C. Susanne, Human Ecology Special Issue, 12:23-27.

Susanne, C., 2003. Biologie des populations humaines. En: Anthropologie Biologique. Evolution et Biologie Humaine. Eds. C. Susanne, E. Rebato y B. Chiarelli. De Boeck Université, 295-317.