Villalobos, D., García,
D., Bravo, A., Fernández, A., Romero, M., Marrufo, L., 2015. Perfil nutricional
de niños indígenas de la etnia Añú de la laguna de Sinamaica (Venezuela) bajo
la perspectiva del Análisis de Componentes Principales. Antropo, 34, 31-44.
www.didac.ehu.es/antropo
Perfil nutricional de niños indígenas
de la etnia Añú de la laguna de Sinamaica (Venezuela) bajo la perspectiva del Análisis
de Componentes Principales
Nutritional
profile of indigenous children from Añú etnia (Sinamaica lagoon, Venezuela):
The perspective of the Principal Component Analysis
Daniel
Villalobos, Doris García, Alfonso Bravo, Alí Fernández, María Romero, Luis
Marrufo
Laboratorio
de Investigación y Desarrollo en Nutrición, Escuela de Nutrición y Dietética,
Facultad de Medicina, Universidad del Zulia.
Red de
Investigación Estudiantil de LUZ REDIELUZ. Maracaibo, Venezuela.
Autor encargado de la correspondencia: Daniel Villalobos, Laboratorio de
Investigación y Desarrollo en Nutrición (LIDN), Edificio Ciencia y Salud,
Planta Baja. Sector Paraiso, Calle 65, Esquina Av. 19. Al lado del Hospital
Universitario de Maracaibo (SAHUM).
Palabras
clave: Perfil Nutricional, Añú, Antropometría, Componentes
Principales.
Keywords: Nutritional
Profile, Añú, anthropometry, Principal Components.
Resumen
El estado nutricional es el resultado
del balance entre las necesidades y el gasto de energía alimentaria y
secundariamente, el resultado de una gran cantidad de determinantes en un
espacio que pueden dar lugar a una ingestión insuficiente o excesiva de
nutrientes, o impedir la utilización optima de los alimentos ingeridos. El
objetivo de esta investigación fue determinar el perfil nutricional de niños de
la etnia Añú de la laguna de Sinamaica bajo una perspectiva del Análisis de Componentes
Principales. Se realizó un estudio descriptivo, correlacional, trasversal y de
campo, donde participaron 195 niños de ambos sexos del Estado Zulia -
Venezuela. Se realizó una evaluación nutricional antropométrica y se registraron
valores bioquímicos sanguíneos, clínicos, socioeconómicos, de evaluación
dietética y un análisis antropológico de la alimentación. En el
análisis de los componentes principales a partir de la matriz de correlación R
se seleccionaron las tres primeras
componentes principales, con un porcentaje acumulado de variabilidad explicada
del 41,33%. La matriz de
correlaciones variables-componentes mostró que la primera componente se
correlaciona, en forma directamente proporcional, con el consumo y la adecuación
de los micronutrientes, la energía y los macronutrientes, siendo las
correlaciones más fuertes y altamente significativas con micronutrientes
importantes; se correlaciona en forma inversa con valores antropométricos. Por
lo que se amerita el diseño de estrategias de intervención comunitaria a fin de
contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de estos niños.
Summary
Nutritional status is the result of the
balance between the needs and the spending of energy and secondly, the result
of a large number of determinants in a space that can lead to insufficient or
excessive intake of nutrients, or impede the optimal use of food eaten. The
objective of this research was to determine the nutritional profile of children
from Añú etnia (Sinamaica lagoon, Venezuela), under a perspective of Principal
Components Analysis (PCA). Nutritional anthropometric evaluation was performed.
Blood biochemical, clinical, socioeconomic, dietary assessment values and
anthropological analysis of feeding were recorded. In the PCA, the first three
components were selected, with a cumulative variability explained of 41.33%.
The variable-component correlation matrix showed that the first component is
correlated to the use and adequacy of micronutrients, energy and macronutrients,
being the most strong and highly significant correlations with important
micronutrients; it correlates inversely with anthropometric values. So, the
design of community intervention strategies to contribute to improving the
quality of life of these children is warranted.
Introducción
La nutrición humana como ciencia, ha
logrado una creciente importancia en las últimas décadas, teniendo como
finalidad primordial el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, a
través del reforzamiento del estado nutricional, el cual es definido como una condición del
organismo que resulta entre el balance de la absorción y utilización de los
nutrientes ingeridos en correlación a los requerimientos nutricionales
(Kathleen, 2000). Sin embargo, este es un proceso muy complejo que depende de
numerosos factores tanto ambientales, sociales, políticos, económicos,
culturales, genéticos como orgánicos, lo que hace necesario preparar un
abordaje nutricional oportuno para las posibles apariciones de dichos factores.
Sin
duda, cuando la ingesta de nutrientes es menor a la requerida, se producen
alteraciones en el estado nutricional que en sus inicios, condicionan ajustes
metabólicos, como una medida compensatoria del organismo para cubrir el
déficit. En este sentido, los niños en situación de vulnerabilidad social
tienden a padecer frecuentemente deficiencias nutricionales importantes en la
primera infancia. Por lo que, es posible afirmar que uno de los grupos más
vulnerables en el ámbito nutricional son los niños de las etnias indígenas,
debido que las mismas han pasado por un periodo muy largo de exclusión de los
planes sociales implementados por los gobiernos, sumado al aislamiento
territorial en el que la mayoría de los pueblos indígenas viven, han ocasionado
que estas poblaciones padezcan de muchas necesidades biosicosociales que le
permitan un desarrollo a la par con los grupos no indígenas (Allais, 2004; Garcete,
2010; Amodio, 2005).
De acuerdo con diversas organizaciones (OPS,
1994; OMS, 2001; CMFI, 1990; FAO, 1992; CMDS, 1995; CMA, 1996) se agregaron los
pueblos indígenas a la lista de grupos vulnerables que merecen una atención
especial en cuanto a la salud, la nutrición y el desarrollo, puesto que
generalmente estos pueblos tienden a ser
más pobres y a experimentar distintas áreas de vulnerabilidad superpuestas.
Estudio al respecto indican que los pueblos indígenas son altamente
vulnerables, no sólo porque carecen de los elementos indispensables para la
vida como la alimentación, sino que además carecen de educación formal,
igualdad de oportunidades e influencia política (Damman et al, 2006). En Venezuela, subsisten
diferentes grupos étnicos, siendo los más representativos los Wayuú, Yukpas,
Barí, Añú, quienes en conjunto representan el 62,5% de la población indígena
nacional (Amodio, 2005).
Entre las mencionadas etnias,
los Añú constituyen el cuarto grupo más importante del país. Estos indígenas,
cuyo nombre significa “gente de agua”, habitan en palafitos ubicados en las
márgenes del Lago de Maracaibo, siendo el asentamiento más numeroso de este
grupo étnico, el localizado en la Laguna de Sinamaica, ubicada al norte del
estado Zulia (Amodio, 1998; 2005). Según, el Censo Indígena realizado en el
año 1992 por la Oficina Central de Estadística e Informática, reportó que la
población indígena de Venezuela alcanzó la cifra de 315.815 habitantes de los
cuales un total de 17.440 personas pertenecían a la etnia Añú (OCEI, 1994). Así
mismo, en el año 2001 el Censo General de Población y Vivienda realizado por el
Instituto Nacional de Estadística proyectó para ese período un total de 532.783
indígenas distribuidos en todo el territorio nacional (OCEI, 2002).
Esto indica que el número de habitantes indígenas de la
población total del país
aumentó del 1,5% en 1992 a 2,3% en 2001. Sin embargo, en el caso específico de la Laguna de Sinamaica, el censo realizado en el año 2000 por
la organización indígena Mocupa, UNICEF, INE-Zulia y el Departamento Socio-antropológico
del la Universidad del Zulia, indicó la existencia de 3.481 indígenas Añú que
habitan en este asentamiento originario (Fernández, 2003). No obstante, se pone
de manifiesto que en la literatura nacional con respecto a este tema de las
comunidades indígenas es escasa, por lo que se espera en el futuro con los
resultados del último censo nacional obtener datos más concretos y vigentes
sobre el número de indígenas que habitan en Venezuela.
Cabe destacar que la laguna de Sinamaica
ha sufrido en los últimos años transformaciones ambientales, económicas y
culturales importantes, las cuales afectan negativamente la vida y la
alimentación de los grupos indígenas que allí habitan. Esta perspectiva,
sugiere que estas condiciones ambientales, culturales y económicas bajo las cuales
se desenvuelve la vida de este grupo indígena, son especialmente propicias para
la adquisición de infecciones gastrointestinales, respiratorias y anemias que
repercuten con frecuencia el estado nutricional y de salud de esta población y
en particular el crecimiento y desarrollo de los niños Añú (Fernández, 1999).
En
América Latina, la mortalidad infantil de los niños indígenas menores a 5 años
es un 70% mayor que la de los niños no indígenas. Sin embargo, los mayores reportes de mortalidad infantil corresponden a los países, en los que se encuentran Panamá,
Ecuador, Venezuela y Paraguay (Fernández, 2003; Del Popolo et al, 2005). Por otra parte, investigaciones realizadas en
comunidades indígenas de Venezuela, indican que el estado nutricional se ha
venido deteriorando en los niños de estos grupos étnicos, disminuyéndose de
esta manera el desarrollo y crecimiento, aunado a la aparición de enfermedades
de origen nutricional (Del Popolo et al,
2007; Maury et al, 2010; Chumpitaz et al, 2006).
La nutrición tiene durante los
primeros años de vida gran importancia por el efecto que ejercen sobre el
desarrollo normal del niño. Es por ello, que la malnutrición por déficit en la
primera infancia representa un importante problema sanitario ya que puede
causar retraso en el crecimiento y el desarrollo físico y mental del niño. Por lo tanto, se puede
señalar entonces que la desnutrición es un condicionante innegable del retraso
del crecimiento reflejado por los efectos acumulados de una alimentación
inadecuada y las malas condiciones sanitarias, debidas a falta de higiene y a
enfermedades habituales en ambientes pobres e insalubres. Sumado a ello, por lo
general estos niños tienen poco acceso a los servicios de salud y nutrición lo
que favorece que la desnutrición no sea atendida oportunamente y en ocasiones
con ello las enfermedades infecciosas y nutricionales, lo que contribuiría sin
duda al aumento de mortalidad de este grupo etario (Díaz et al, 2006; Appoh et al,
2004; Latham, 2002).
En
este sentido, por lo general los niños menores de cinco años que se localizan en estas
comunidades con alto
grado de vulnerabilidad social, económica y cultural ya han
adaptado los patrones
biológicos de normalidad, creando así, nuevas condiciones homeostáticas “homeorresis”.
Sin embargo, esta adaptación delimita el desarrollo biosicosocial de las
comunidades indígenas, ya que el niño desnutrido al llegar a la edad adulta ve
mermada su capacidad de trabajo y la obtención de ingresos; esto repercute con frecuencia en los
patrones alimentarios y estilos de vida que pueden influir en el estado
nutricional de una población. Es por ello que es importante el reconocimiento y
control de los factores asociados a los problemas inherentes al estado
nutricional de las comunidades indígenas, con especial énfasis en los niños en
crecimiento (González et al, 1986;
Flores et al, 1990).
Vale destacar, que cuando un niño en proceso
de crecimiento y desarrollo es sometido a agentes ambientales desfavorables
como pueden ser la presencia de enfermedades infecciosas, parasitarias, un
hogar sin las mínimas condiciones sanitarias, la falta de estímulo o afecto y
especialmente un nivel de nutrición inadecuado, van a tener un efecto negativo
directo sobre el proceso de crecimiento y desarrollo. El organismo como un
mecanismo de defensa ante cualquiera de estas agresiones, pone en
funcionamiento un sistema de adaptación que le permite de alguna manera superar
los daños; sin embargo cuando la agresión ambiental es intensa y prolongada en
el tiempo, el sistema de adaptación falla, ocasionando daños difíciles de
superar por estos niños, convirtiéndolos en sujetos vulnerables a enfermedades
y a una disminución de su capacidad de aprendizaje, lo cual incide directamente
en su desarrollo como un individuo apto y capaz de ser creativo y productivo
(Nube et al, 1998).
No obstante, es substancial retomar
modelos de análisis nutricionales, diseñados específicamente para estudiar la
situación nutricional y de salud de estas etnias indígenas; ello permitirá
incorporar variables e indicadores que permitan observar con mayor profundidad
la situación alimentaria y nutricional en la que se encuentran estas
comunidades. La cual, permita a su vez con mayor precisión identificar los problemas
nutricionales más importantes que afectan a la comunidad y sean el punto de
partida para el diseño de su plan de acción, en el proceso de planificación
estratégica para el desarrollo y mejoramiento de los aspectos nutricionales de
la comunidad (Chávez y Martínez, 1980).
Tomando en cuenta lo antes
mencionado, motivado por la necesidad e importancia del abordaje nutricional de la comunidad indígena
Añú de la laguna de Sinamaica, esta investigación se propone como objetivo
determinar el perfil nutricional de niños de la etnia Añú de la laguna de
Sinamaica bajo una perspectiva del análisis de los componentes principales. Con
ello se establecerá la relación existente entre
aspectos, biológicos, socioeconómicos, ambientales y culturales sobre el
perfil nutricional de estos niños, con el fin de contribuir con el diseño de estrategias que
permitan mejorar el estado nutricional, además de favorecer un crecimiento y
desarrollo óptimo del niño Añú.
Materiales
y métodos
Se realizo un estudio de tipo
descriptivo de campo, prospectivo, de corte transversal en un grupo de niños
indígenas de la etnia Añú de ambos sexos
que residen en la comunidad de la laguna de Sinamaica, ubicada en el estado Zulia
de Venezuela. La muestra quedó constituida por todos los niños que acudieron a
la cita con sus representantes para la evaluación nutricional; 195 niños entre
6 – 15 años de edad, de ambos sexos. El muestreo fue no probabilístico,
donde los elementos de la muestra son seleccionados por procedimientos al azar o
con probabilidades conocidas de selección (Sabino, 2000). A todos los niños se
les tomaron los siguientes datos epidemiológicos: edad, sexo, evaluación
antropométrica, que incluyó la medición de las variables peso y
talla, utilizando los métodos descritos para tal fin, según las normas
establecidas en Venezuela (Arias, 1986). Se construyeron
indicadores de dimensión corporal: Peso/Talla (PT), Talla/Edad (TE) y Peso/Edad
(PE) (Méndez-Castellano,
1996).
Los datos fueron tomados por un nutricionista capacitado; para la toma del peso se utilizó una
balanza bioeléctrica marca TANITA modelo TBF 300 GS – TBF MA, el cual consideró
los criterios establecidos para sus medición (Méndez-Castellano, 1996). Así mismo, se realizó una evaluación dietética, la cual consistió en recolectar
datos sobre la ingesta dietética y otros aspectos de carácter social y
cultural, a través del método científico de la etnografía focalizada. (Rodríguez
et al, 1998; Villalobos et al, 2015). Para esta evaluación
también se recolectó la información del consumo de alimentos mediante el método de recordatorio
de 24 horas y frecuencia de consumo de alimentos (INN, 1999; 2000; Villalobos et al, 2015). Finalmente, se realizó una
evaluación bioquímica, donde se determinaron los niveles plasmáticos de Lípidos (colesterol
total, Triacilgliceridos, HDL- col, LDL-
col, VLDL- col), Glucosa, Insulina, los cuales se determinaron por métodos
enzimáticos colorimétricos comerciales (Wiener Laboratories. Enzymatic Colorimetric
Method as Trinder, Bioscience Lab. EnzymaticMethod Chop-Pap), (Kwitwrovich, 1989). Se definió el riesgo lipídico según las referencias
establecidas para Venezuela (Méndez-Castellano, 1994).
Así como también, se determinaron por el método de enzimático colorimétrico
PAP (Human Gesellschaft für Biochemica und Diagnostica mbH); (Proti-2
Wiener Lab., Rosario, Argentina). las proteínas totales, albúmina (Oyama et al, 2006), Hemoglobina, Globulina,
Urea, Creatinina, Ac. Úrico, TGO y TGP. Se emplearon estrictos controles de
calidad (Villalobos et al, 2015).
Fueron colectados 5 ml de sangre periférica, por punción venosa en el pliegue
del codo. Una vez extraídas las muestras, se colocaron en tubos de
polipropileno químicamente limpios (libres de metales), con heparina sódica
como anticoagulante. Seguidamente, se separó una alícuota para la determinación
de hemoglobina y el resto de la muestra de sangre se centrifugó. Las muestras
se trasladaron bajo estas condiciones hacia las instalaciones de la Facultad de
Medicina de la Universidad del Zulia, donde se realizaron los análisis químicos
correspondientes. Finalmente, vale destacar que todos los datos fueron
aportados por los representantes legales. Todos los niños
participantes en el estudio los padres y/o representantes manifestaron su
consentimiento en forma escrita. Todos los procedimientos empleados fueron
ejecutados de acuerdo con las normas éticas de la declaración de Helsinki y
CIOMS (2002).
Análisis estadístico
Los
resultados fueron analizados con estadística descriptiva, reportando los
valores de concentración como el promedio ± el error estándar y rango para cada
variable (Villalobos et al, 2015). Los resultados se consideraron
significativos a un intervalo de confianza del 95% (p<0,05). Todos estos
análisis fueron ejecutados con el programa SPSS (Statistical Package for the
Social Sciences), versión 20.0 bajo el ambiente de Windows. Asímismo, se utilizó el análisis de componentes principales (ACP),
método multivariante cuyo objetivo es convertir un problema de información
estadística muy compleja (muchas variables de tipo cuantitativo medidas en cada
unidad de observación) en otro casi equivalente pero más manejable (pocas
nuevas variables) sin pérdida significativa de información. La técnica obtiene
combinaciones lineales de todas las variables originales que sean ortogonales
entre sí.
De esta forma se obtiene un
subconjunto de nuevas variables que son independientes entre sí, pero que están
altamente correlacionadas con las variables originales, denominadas componentes
principales, las que ordenadas en forma decreciente según su varianza, permiten
explicar el porcentaje de variabilidad de los datos, por cada componente. Los
valores y vectores característicos se obtienen diagonalizando la matriz de
varianza y co-varianza o alternativamente la matriz de correlaciones. Consecutivamente,
cada observación de la muestra obtiene una puntuación en cada una de las
componentes principales seleccionadas, lo que permite ordenar las observaciones
en base a información multivariante. En este estudio se obtuvieron las
componentes principales diagonalizando la matriz de correlaciones, puesto que
las distintas variables tienen diferentes unidades de medidas y cada variable
aporta con la misma importancia.
Resultados
Se estudiaron un total de 195 niños indígenas Añú, de los cuales
56,4% eran del sexo femenino y 43,6% del sexo masculino, clasificados de
acuerdo al grupo etario al que pertenecen de la siguiente manera: Niños de 2 a
6 años 38,5% y niños de 7 a 14 años
61,5%. En la Tabla 1 se presentan las características de la población Añú según
grupo etario y género, en la que se destaca la asociación de las variables
antropométricas (edad, peso, talla CC y IMC) y el grupo etario, observándose
diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos de edad (p<0,000). En lo que respecta a la
edad media fue 7,75±3,09 años, el peso de 25,97±10,67 Kg, talla 1,19±0,17 cm y
circunferencia de cintura (CC) 60,11±8,12 cm.
Diagnóstico
Nutricional Presuntivo |
Todos (n=195) |
2-6 Años (n= 75) |
7-14
Años (n= 120) |
|||
|
N |
% |
N |
% |
n |
% |
Normal |
58 |
29,7 |
26 |
13,3 |
32 |
16,4 |
Peso
Adecuado a la Talla |
15 |
7,7 |
5 |
2,6 |
10 |
5,1 |
Talla
Baja con Peso Adecuado a la Talla |
63 |
32,3 |
20 |
10,3 |
43 |
22,1 |
Talla
Alta con Peso Adecuado a la Talla |
4 |
2,1 |
2 |
1 |
2 |
1 |
Talla
Normal |
2 |
1 |
1 |
0,5 |
1 |
0,5 |
Sobrepeso
con Talla Normal |
25 |
12,8 |
12 |
6,2 |
13 |
6,7 |
Sobrepeso
con Talla Alta |
1 |
0,5 |
1 |
0,5 |
0 |
0 |
Sobrepeso
con Talla Baja |
13 |
6,7 |
4 |
2,1 |
9 |
4,6 |
Sobrepeso |
2 |
1 |
1 |
0,5 |
1 |
0,5 |
Desnutrición
Actual con Talla Normal |
7 |
3,6 |
2 |
1 |
5 |
2,6 |
Desnutrición
Actual |
4 |
2,1 |
0 |
0 |
4 |
2,1 |
Desnutrición
Actual con Talla Baja |
1 |
0,5 |
1 |
0,5 |
0 |
0 |
Tabla 1. Estado Nutricional Antropométrico Según Grupo Etario en
Niños Añú
Table 1. Nutritional Status Anthropometric by
age Group in Children Añu
En la Tabla 1. Se aprecia la
distribución de las categorías del estado nutricional presuntivo, utilizando
como referencia las guías de
interpretación combinada de de indicadores antropométricos (P/T, T/E, P/E). Se
observó que 32,3% (n=63) de niños Añú, mostraron un diagnóstico nutricional de
talla baja con peso adecuado a la talla, siendo mayor el porcentaje en el grupo
de 7 a 14 años (16,4%) y femeninas (17,4%) con respecto a los masculinos
(12,3%). Así mismo el 29,7% (n=58) presentó un estado nutricional normal,
encontrándose, el mayor porcentaje en el grupo de 7 a 14 años (22,1%) y el
grupo de las hembras (19%). No obstante, en esta evaluación antropométrica
también se observó que el 12,8% (n=25) de los niños presentó sobrepeso con talla
normal, siendo mayor la prevalecía en el grupo de 7 a 14 años (6,7%) y el grupo
de los varones (6,7%). Por otra parte no se encontraron diferencias
estadísticamente significativas entre los dos grupos de edad y genero
(p<0,523 y p<0,323 respectivamente).
Esta situación se hace más crítica si se toma
en consideración que la prevalecía de talla baja se encontró con mayor
porcentaje en estos niños indígenas 49,2% (n=96). Sin embargo, es importante
resaltar que al hablar de talla baja en la evaluación antropométrica de esta
comunidad indígena, se debe considerar que la talla puede corresponder al
potencial genético propio de esta etnia ó a factores ambientales, alimentarios
y socioculturales con los que convive la comunidad Añú de la Laguna de Sinamaica
(Villalobos et al, 2015).
Al
analizar las características bioquímicas y dietéticas de los grupos de niños
estudiados, se observo que existen diferencias estadísticamente significativas
entre los grupo según estado nutrición y genero para las variables
antropométricas peso, talla e índice masa corporal (p<0,000), siendo esta
menor en el grupo de los niños con diagnostico de malnutrición por déficit
y talla baja (Villalobos et al, 2015). Por otra parte, en relación a las características y parámetros
bioquímicos, se observa una prevalecía de valores bajos de hemoglobina. En particular, la concentración promedio de hemoglobina fue
significativamente menor (p<0,000), en los varones del grupo de niño de 2 a 6 años. Así mismo, los valores
promedio de la aminotranferasa (TGO), insulina y creatinina presentaron
diferencias estadísticamente significativas (p<0,000) entre los grupos (Villalobos et al, 2015).
Por otra parte, al tomar en cuenta las recomendaciones de energía y de
nutrientes para la población venezolana, se encontró que el consumo usual de energía promedio de la población Añú fue bajo. Los niños
de 2 a 6 años presentaron mayor deficiencia que los de 7 a 14 años (con diferencias significativas, p<
0,000). Asímismo, se encontró que la ingesta promedio de macro y micro nutrientes fue significativamente baja según el grupo etario y genero, Proteínas (p<0,000); Grasas (p<0,004); Carbohidratos
(p<0,000); Calcio (p<0,000); Fósforo (p<0,001);
Hierro (p<0,000); Vitamina A (p<0,000); Vitamina C (p<0,000) y Magnesio (p<0,001). Sin embargo, el magnesio fue significativamente mas bajo
también el grupo de niños con malnutrición por exceso (p<0,003) (Villalobos et al, 2015).
La información
alimentaria recolectada utilizando la etnografía y a través de la frecuencia de
consumo muestra que el elemento central en la alimentación de los indígenas Añú
consiste en animales de monte “piro-piro”, plátano cocido ó asado, también
conocido como “kuraana”, pescado (Boca Chica, Cachama, y Bagre), y
preparaciones de maíz. La culinaria indígena observada, incluye la arepa (torta
de maíz moldeada a mano y asada), arroz cocido, yuca cocida ó “üi”, sardinas,
atún enlatado, gaseosas, pasta “espaguetis” y productos de panadería.
Sin duda, la pesca y la caza eran la mayor
parte de su alimentación, se realizaba con redes, nasas y trampas de madera. En
el pasado, el pescado, los cangrejos y otras especies marinas, además de
constituir la base de la dieta de esta comunidad indígena, también era comercializado
como valor económico y de intercambio inter y
extra étnico. Sin embargo, actividades como la caza y la pesca han sido abandonadas
por la mayoría de los hombres Añú; desde entonces, pasaron a ser actividades complementarias
y se han incorporaron al comercio incluido el contrabando “Bachaqueo”, como una
de sus actividades económicas que garantizan el sustento alimentario en hogar.
Por otra parte, al valorar el patrón
alimentario de la comunidad Añú a través de la frecuencia alimentaria, se
observó que los alimentos ingeridos habitualmente fueron
(por orden de frecuencia de consumo en una semana, la mayoría presentaron una
frecuencia de consumo diario y de 2 a 3 veces por semana) la harina de maíz
(63,1%), arroz (63,1%), leche de vaca (44,6%), queso (83,1%), plátano (67,7%),
aceite de maíz (77,4%), margarina (94,4%), azúcar 34,4%) y cubitos “condimento
comercial” (37,4%) (Villalobos
et al, 2015). Sin embargo, de acuerdo a la información
obtenida en las entrevistas en profundidad, existen también alimentos en el
patrón de consumo diario de los indígenas Añú como piro-piro y un consumo de
alimentos más esporádicos como babilla, avena y sardina. Así mismo, se registró
una frecuencia de consumo de alimentos de 2 a 3 veces por semana, entre los que
destaca la pasta (54,4%), pollo (64,6%), huevo (50,8%), pescado (37,9%), carne
de res (55,9%), jamón de cerdo (28,7%), caraotas (47,2%), arvejas (45,1%) y
yuca (56,9%).
Así mismo, más de la mitad aproximadamente de los niños Añú tuvieron
baja ingesta de frutas y verduras. Al respecto, las madres afirman que los
niños “comen casi todo, lo que casi no
comen es verduras porque no les gustan mucho”. En este contexto los
especialistas de la nutrición del Municipio argumentan que la localidad de
Sinamaica es una zona muy marginal y con muchas carencias, por lo que, la
mayoría de las familias indígenas Añú no cuentan con el suficiente poder
económico y adquisitivo para la compra de muchos alimentos, entre ellos las
frutas y vegetales, por su alto costo. No obstante, se observó que los niños
consumieron con frecuencia relativa tomate cebolla y zanahoria (39,5%) y frutas
como patilla (51,3%), melón (46,7%) y guayaba (47,7%).
Los principales alimentos de origen animal con
alto valor proteico consumidos por esta comunidad indígena son el piro-piro y
la “aroona” ó yaguasa, debido a la disponibilidad y la fácil adquisición que
existe en la zona para el consumo de estos alimentos. Las madres al respecto
dicen que “son muy buenas, baratas y se
consiguen por aquí mismo”. Sin embargo, un elemento importante, obtenido en
los registros etnográficos y alimentarios, es el abandono de algunos alimentos
en las localidades que tienen una mayor vinculación con el mundo y la cultura
Añú, como la babilla, galápago, iguana, cuervo (55,4%) y en algunos caso la
yaguasa (61%) (Villalobos et al, 2015). Así mismo, se ha abandonado el consumo de vísceras que tradicionalmente
y ancestralmente también estaban incluidas en su dieta, como el hígado, riñón
de res (59,5%) y la lengua – corazón de res (70,8%) y sin lugar a dudas,
se ha aumentado el consumo de alimentos refinados e industrializados, como
harinas, enlatados, gaseosas, embutidos, entre otros productos alimentarios que
están impactando en el estado nutricional del indígena Añú.
Adicionalmente, en el presente estudio, fueron
seleccionadas tres componentes principales, que en conjunto explican el 41,33%
de la variabilidad: 22,47% la primera, 11,03% la segunda y 7,83% la tercera. La
matriz de correlaciones variables-componentes (Tabla 2), muestra que la primera
componente se correlaciona, en forma directamente proporcional, con el consumo
y adecuación de los micronutrientes, energía y de los macronutrientes, siendo
las correlaciones más fuertes y altamente significativas para la ingesta de
riboflavina, fósforo, calcio, hierro, proteínas y tiamina; se correlaciona en
forma inversa con el índice de masa corporal, la circunferencia de cintura,
talla, edad y el peso. Por otra parte, presenta una correlación directa, aunque
de menos significancia, con los niveles de globulina sérica, TGO y la insulina.
Al estudiar la segunda componente, se
observó que ésta se relaciona en forma directa con la edad, el peso, la talla,
circunferencia de cintura, el índice de masa corporal, ingesta de: fósforo,
calcio, proteínas, niacina, niveles de: hemoglobina, insulina, glicemia basal,
creatinina; y en forma inversa con la ingesta y adecuación de: potasio,
magnesio, cobre, zinc vitamina A, vitamina C, carbohidratos y fibra total. Así
mismo, se relaciona en forma directa, aunque con menos significación
estadística con el consumo de riboflavina, hierro, niveles séricos de:
colesterol total y colesterol de LDL.
Mientras que la tercera componente, se
correlaciona, en forma directamente proporcional, con el consumo y adecuación
de: cobre, fibra insoluble, magnesio, potasio, zinc, edad, talla, peso; se
correlaciona en forma inversa con la adecuación dietética de: riboflavina,
calcio, niacina, calorías, grasas, caroteno. Se observó una correlación
directa, aunque de menos significancia, con la ingesta de vitamina B6, sodio,
niveles séricos de insulina, albúmina y el índice de masa corporal. Con las
demás variables estudiadas se encontró una baja correlación.
Variable |
Componente 1 |
Variable |
Componente
2 |
Variable |
Componente 3 |
Recordatorio 24h riboflavina |
0,060 |
Edad |
0,110 |
Recordatorio 24h cobre |
0,133 |
Recordatorio 24h fósforo |
0,060 |
Peso |
0,107 |
Recordatorio 24h fibra insoluble |
0,126 |
%Adecuación riboflavina |
0,059 |
Talla |
0,106 |
Recordatorio 24h magnesio |
0,115 |
%Adecuación fósforo |
0,059 |
Circunferencia de cintura |
0,095 |
Recordatorio 24h potasio |
0,112 |
Recordatorio 24h calcio |
0,054 |
Recordatorio 24h proteínas |
0,079 |
%Adecuación cobre |
0,110 |
%Adecuación calcio |
0,052 |
Hemoglobina |
0,063 |
Recordatorio 24h zinc |
0,094 |
Recordatorio 24h hierro |
0,052 |
Índice de masa corporal |
0,065 |
Edad |
0,087 |
Recordatorio 24h proteínas |
0,052 |
Recordatorio 24h niacina |
0,064 |
Recordatorio 24h fibra total |
0,085 |
Recordatorio 24h tiamina |
0,051 |
Recordatorio 24h calorías |
0,061 |
%Adecuación magnesio |
0,084 |
%Adecuación tiamina |
0,050 |
Recordatorio 24h cenizas |
0,055 |
%Adecuación zinc |
0,080 |
TGO |
0,013 |
Relación colesterol total/hdl |
0,001 |
Recordatorio 24h hierro |
-0,023 |
Insulina |
0,011 |
Globulina |
-0,001 |
Recordatorio 24h riboflavina |
-0,026 |
Colesterol |
0,008 |
Relación albúmina/globulina |
-0,004 |
LDL |
-0,027 |
Urea |
0,007 |
%Adecuación calorías |
-0,018 |
Recordatorio 24h calorías |
-0,030 |
LDL |
0,007 |
%Adecuación tiamina |
-0,019 |
Urea |
-0,033 |
Proteínas totales |
0,005 |
Relación LDL/HDL |
-0,020 |
Recordatorio 24h vitamina A |
-0,034 |
VLDL |
0,004 |
%Adecuación calcio |
-0,021 |
%Adecuación carbohidratos |
-0,036 |
Hemoglobina |
0,004 |
Recordatorio 24h fibra insoluble |
-0,023 |
Recordatorio 24h niacina |
-0,036 |
Triacilglicéridos |
0,004 |
Recordatorio 24h vitamina A |
-0,029 |
%Adecuación fósforo |
-0,038 |
HDL |
0,003 |
Recordatorio 24h zinc |
-0,031 |
Recordatorio 24h vitamina C |
-0,041 |
TGP |
0,002 |
TGO |
-0,038 |
%Adecuación proteínas |
-0,043 |
Creatinina |
-0,006 |
Recordatorio 24h fibra total |
-0,052 |
%Adecuaciónriboflavina |
-0,057 |
Ácido úrico |
-0,007 |
Recordatorio 24h caroteno |
-0,054 |
Recordatorio 24h caroteno |
-0,058 |
Relación albúmina/globulina |
-0,008 |
Recordatorio 24h cobre |
-0,056 |
%Adecuación calcio |
-0,062 |
Índice de masa corporal |
0,011 |
Recordatorio 24h vitamina C |
-0,066 |
Relación albúmina/globulina |
-0,062 |
Circunferencia de cintura |
-0,011 |
%Adecuación vitamina A |
-0,070 |
Recordatorio 24h humedad |
-0,063 |
Talla |
-0,011 |
%Adecuación cobre |
-0,072 |
%Adecuación niacina |
-0,071 |
Edad |
-0,014 |
%Adecuación vitamina C |
-0,076 |
%Adecuación grasas |
-0,069 |
Peso |
-0,014 |
%Adecuación magnesio |
-0,077 |
%Adecuación calorías |
-0,080 |
Tabla 2. Coeficiente de correlación de Pearson de las variables
originales con las tres componentes principales
Table 2. Pearson correlation coefficient of the original
variables with the three main components
Se ordenaron las variables de acuerdo
a sus puntuaciones. Observando las puntuaciones obtenidas en la primera
componente, las cinco primeras variables son: ingesta de riboflavina, fósforo,
adecuación de riboflavina, adecuación de fósforo e ingesta de calcio; mientras
que los últimos lugares respecto de la misma componente son ocupados por el
índice de masa corporal, circunferencia de cintura, talla, edad y peso. En la
segunda componente, las primeras variables fueron la edad, peso, talla,
circunferencia de cintura y el consumo de proteínas. Para la tercera
componente, las primeras variables fueron la ingesta de: cobre, fibra
insoluble, magnesio, potasio y la adecuación de cobre. Posteriormente se
realizó un análisis de conglomerados, utilizando el algoritmo jerárquico de Ward
y se representó la información en un gráfico de dispersión (Figura 1).
Figura 1. Gráfico de dispersión de los valores
obtenidos de la dietética, antropometría y bioquímica de los indígenas Añú de
la primera a la tercera componente.
Figure 1. Graph of dispersion values obtained dietetic,
anthropometry and biochemistry of indigenous Añú the first to the third
component.
Discusión
El perfil nutricional
es primariamente el resultado del balance entre las necesidades y el gasto de
energía alimentaria y otros nutrientes esenciales y secundariamente, el
resultado de una gran cantidad de determinantes en un espacio dado representado
por factores físicos, genéticos, biológicos, alimentarios, culturales,
psico-socio-económicos y ambientales. Estos factores pueden dar lugar a una
ingestión insuficiente o excesiva de nutrientes, o impedir la utilización
optima de los alimentos ingeridos (Jelliffe, 1968). En este
contexto, se puede deducir que entre estos elementos básicos causantes de los
problemas nutricionales en la edad infantil, es la carencia de la
disponibilidad, acceso y consumo de alimentos inocuos y de buena calidad y los
patrones y estilo de vida los principales causantes de malnutrición y carencias
nutricionales en edades tempranas.
En este
estudio, la evaluación antropométrica nutricional mostró que el diagnóstico más
frecuente en la población indígena Añú fue la talla baja con peso adecuado a la
talla, en el grupo de las niñas de 7 a 14 años.
Al sumar todos los diagnósticos antropométricos de talla baja, la cifra
llega al 49,2%. Estos hallazgos son similares a los reportados en otros
estudios antropométricos y del estado nutricional en niños indígenas venezolanos,
en los que también mostraron alta prevalencia de talla baja y déficit nutricional,
como el estudio de niños Warao de la comunidad Yakariyene, estado Delta Amacuro,
quienes presentaron déficit nutricional con talla baja 43% (Díaz et al, 2006); en la población infantil
Wayuú de la comunidad Las Peonias,
Estado Zulia 24% (Villalobos et al,
2012); en Piaroa de la cuenca Cataniapo, Estado Amazonas 90% (Hidalgo et al, 2009); Barí de la Sierra de
Perija, Estado Zulia 71,4% (Maury et al,
2010) y Añú, de la Laguna de Sinamaica 40,5% (Villalobos et al, 2015),
entre otros datos nacionales e internacionales.
Vale resaltar que
la presencia
de la malnutrición por déficit y la baja estatura entre los indígenas
venezolanos no es nueva. Cuando un niño Añú presenta estas características
antropométricas ó están “flacos” y su cuerpo se va descompensando, subyace
entre las madres Añú una explicación cultural que se corresponde con la dada a
la enfermedad denominada “la
solitaria”, caracterizada por la prevalencia de parasitosis
intestinales en los niños, como uno de los principales
agentes causantes de las deficiencias nutricionales. Otros
testimonios señalan que “los niños no
comen bien y siempre son pequeños y flacos, y casi siempre se enferman”.
Este tipo de enfermedad, su etiología, su atención y terapéutica sólo la ofrece
el sistema salud tradicional de los grupos no indígenas. “…, si cuando se enferma así, se llevan al
hospital y el doctor es el que dice si esta desnutrido”.
Por otra parte, nuestros resultados
indican que un importante porcentaje de la población infantil Añú (12,3%) puede considerarse que padece
deficiencia de hemoglobina. En particular, la concentración promedio de
hemoglobina fue significativamente menor (p<0,000), en los niños en edades
de 2 a 6 años. Lo que permite inferir que existe una
deficiencia de consumo de nutrientes importantes para el buen desarrollo y
crecimiento de los niños (Villalobos et
al, 2015). En los niños indígenas Barí del Estado Zulia, de acuerdo a los puntos de corte para este parámetro hematológico, un
57,14% presentó anemia (Maury et al,
2010) y 55% los niños Piaroa del Amazonas (Hidalgo et al, 2009).
En este sentido, la evaluación del
consumo de energía y nutrientes contribuyó a la identificación del riesgo
nutricional que presentan estos niños indígenas; se encontró que la adecuación
del consumo usual promedio de energía de los niños Añú fue
bajo (76,54%). Esta deficiencia fue mayor en el grupo de 7 a 14 años que en
el de 2 a 6 años (69,23% vs 88,22%; p<0,000). Sin embargo, aun cuando
la ingesta de proteínas se mantuvo normal se encontraron diferencias
significativas entre los grupos etarios (p<0,000). La ingesta de grasas y
carbohidratos fue baja (77,46% y 64,2% respectivamente). El análisis dietético,
indicó que existen
deficiencias de micronutrientes importantes como el calcio, cobre,
hierro, magnesio y zinc, y un consumo
excesivo de fosforo y vitamina C, lo cual es reflejo de la situación de
inseguridad alimentaria en que vive esta población, sobre todo si se toma en
consideración su estructura familiar (Villalobos et al, 2015).
Es muy probable
que las condiciones sanitarias y las prácticas higiénicas en la manipulación de
los alimentos en el hogar de estos indígenas sean en gran parte una de las razones por la cual existe una alta
prevalecía del compromiso gastrointestinal (37,4%), anemia y deficiencias de
macro y micronutrientes. Una de las especialistas del sistema biomédico afirma:
“Los niños se enferman aquí de
infecciones, diarrea y desnutrición ¡como arroz! Esta situación no mejora mucho
porque existe mucha contaminación en la laguna, y ya con la desnutrición! Se
come lo que hay ¿cómo hace uno?”. Al respecto, es importante destacar que
la situación actual del país influye de manera desfavorable en la dieta, ya que
el alto nivel de inflación, desempleo y escasez, conducen a una disminución en
la ingesta de alimentos o a la modificación en el patrón de consumo; es decir,
una sustitución de los alimentos de origen animal, que contienen minerales
importantes como el hierro, por alimentos de menor costo.
La
comunidad Añú, se ha visto forzada a disminuir la cantidad de alimentos en su
dieta y a incluir productos exógenos a su alimentación, altos en energía y
bajos en vitaminas y minerales, a consecuencia de la aculturación alimentaria.
Según el parecer de las madres entrevistadas, la crisis que produce esta
situación deriva directamente del aumento del desempleo y la contaminación de
la laguna, que provoca la disminución de los peces, los cuales constituyen la
base principal de su dieta tradicional. No obstante, el patrón alimentario encontrado en los
niños Añú de la laguna de Sinamaica, se asemeja, en líneas generales, a la
caracterización alimentaria de la región zuliana, lo cual induce a pensar en la
adopción de dietas “occidentales” ó globalizadas, altas en azúcares y otros
carbohidratos refinados y bajas en fibras, proteínas animales y grasas
poliinsaturadas, que definen la llamada transición alimentaria. Un aspecto que
puede explicar el bajo consumo de vegetales, frutas y alimentos de origen animal
lo constituye la escasa accesibilidad a estos alimentos en la comunidad Añú, en
razón de que estos solo pueden ser adquiridos en los mercados criollos mas
cércanos.
En
relación a los análisis de los
componente principales, los resultados muestran que el componente nº 1 se correlaciona directamente con el consumo y adecuación
de los micronutrientes, energía y de los macronutrientes, siendo las
correlaciones más fuertes y altamente significativas para la ingesta de
riboflavina, fósforo, calcio, hierro, proteínas y tiamina; los cuales, se
correlacionan en forma inversa con los valores antropométricos. Es decir, a mayor prevalencia de
deficiencias de energía, macro y micronutrientes, se tendrá mayor prevalencía
de malnutrición en esta comunidad indígena y mayor variabilidad en los
elementos antropométricos como el peso y la talla, lo que implica mayor riesgo
de alteraciones en la bioquímica de las globulinas, TGO e insulina plasmática.
Así mismo, los nutrientes con puntuaciones más altos en este componente
corresponden a aquellos con peores condiciones y mayores deficiencias en la
ingesta dietética habitual de los niños Añú.
Por otra parte, se observó que el componente nª 2 se relaciona en
forma directa con las variables antropométricas: edad, peso, talla, circunferencia de cintura, el índice de masa corporal, como una
expresión de mayor afectación en el estado nutricional de los niños. El mismo,
se relaciona en forma inversa con la baja adecuación de micronutrientes. Asímismo,
se relaciona en forma directa, aunque con menos significación estadística con
el elevado consumo de riboflavina, el bajo consumo de hierro y las
concentraciones séricas de colesterol total y LDL-col. En este componente,
entre las primeras variables figura el peso y la talla, con el más alto
porcentaje de afectación con diferencias altamente significativas entre los
grupos (p<0,000).
Al analizar en forma combinada los
componentes principales aparece que el estado
nutricional de un individuo es la manifestación de diversos factores. Estos
factores normalmente están relacionados entre sí con diferentes grados de
efecto. Cuando se estudia la situación alimentaria y nutricional de un grupo
humano, en este caso la población infantil de los indígenas Añú, es necesario
considerar aspectos como: el contexto social, el alimentario, el
antropométrico, el histórico, el bioquímico y el cultural. En este estudio se
evidenció que los principales factores que guardan una relación directa con el
estado nutricional son aquellos elementos relacionados con la ingesta
alimentaria, la disponibilidad de alimentos, su consumo y el aprovechamiento
biológico o la utilización de los mismos. Es importante resaltar que cualquier
estrategia comunitaria que se utilice destinada a mantener estos factores en
equilibrio, favorecerá que el estado nutricional de las comunidades llegue a ser el adecuado.
En este sentido, para la comunidad indígena
Añú, en la disponibilidad alimentaria intervienen aspectos como la producción,
el mercadeo, los hábitos y la capacidad de compra que agudiza aún más la
situación nutricional de los niños. No obstante, en esta etapa de la vida en
las que los niños depende alimentariamente de la decisión de otras personas, su
estado nutricional se verá afectado por el criterio de selección y combinación
de los nutrientes. En definitiva, todos los elementos y aportes
teóricos-metodológicos que conforman el análisis de los componentes
principales, describen un concepto que habla de
la cultura alimentaria del Añú y
de un conjunto de personas que se alimentan bajo ciertos elementos sociales,
económicos, ambientales y políticos que delinean directa e indirectamente su
patrón alimentario. El cual, es precedido o acompañado por cambios de un patrón
en el cual la insalubridad y la inseguridad alimentaria llevan a una alta
prevalencia de enfermedades como la desnutrición.
Es posible afirmar que la transculturación
alimentaria y ciertos elementos sociales originaron la migración de la dieta
ancestral del Añú a otra completamente distinta con muchas deficiencias de
nutrientes específicos esenciales para el correcto desarrollo y crecimiento de
los niños. Sin embargo, este fenómeno no se presenta de forma aislada y por lo
general se asocia a procesos culturales, ambientales, económicos y sociales.
Uno de los elementos que podría explicar el comportamiento de los componentes
principales hacia la relación que tiene el bajo aporte calórico y nutritivo de
la dieta Añú y la afectación del estado nutricional antropométrico, es el modelo
alimentario-nutricional de cultura que articula los elementos que propiciaron
el abandono de algunos alimentos en la localidad que tienen una mayor
vinculación con la cultura Añú y al aumento del consumo de alimentos refinados,
relacionados más con una cultura occidental. Estos son los factores principales
que impactan el estado nutricional de indígena Añú. Finalmente, considerando la
descripción de la situación anterior y proyectando una visión hacia el futuro,
se debe tener en cuenta que el círculo que conforman los factores y/o
componentes que afectan el estado nutricional del indígena Añú, pueden
continuar interactuando indefinidamente y deteriorando cada vez más el estado
nutricional de estos indígenas, especialmente el de los grupos vulnerables como
son los niños en etapa de crecimiento y desarrollo. Por lo que la construcción de un modelo
alimentario-nutricional que articule modernidad y tradiciones culturales es un
puente que puede integrar a los indígenas Añú con sus raíces generacionales, y
su contexto alimentario natural.
Conclusión
Este estudio
evidenció que en esta comunidad indígena persisten determinantes sociales,
culturales, alimentarios, dietéticos y ambientales que afectan negativamente al
estado nutricional de los niños durante el periodo de crecimiento. Por lo
tanto, se requiere aunar esfuerzos para establecer programas de promoción de
hábitos y patrones alimentarios saludables, que respondan a las necesidades reales, en
coherencia con la concepción cultural de la alimentación. Las intervenciones
deben ser intersectoriales e interculturales estimulando la autonomía y la
sostenibilidad económica y ambiental de la sociedad indígena a fin de contribuir con la seguridad alimentaria y el mejoramiento de la
calidad de vida de estos niños.
Esta población se encuentra subalimentada por falta de disponibilidad de
alimentos, pero también se ve afectada por procesos repetidos de enfermedad que
se manifiestan con retrasos en la estatura y con presencia de signos clínicos
de la desnutrición; esto conllevará a la pérdida del potencial de desarrollo
óptimo a nivel biológico, psicológico, laboral, social, educativo, entre otros.
Sin duda, para la supervivencia y bienestar de la población indígena es
prioritario que ellos mismos reconozcan y asuman que su situación alimentaria y
nutricional es delicada. Así mismo, que se hagan responsables en la búsqueda de
mejores condiciones de vida, para que puedan revertir estos problemas, a través
de la conservación de las prácticas alimentarias adecuadas y de saneamiento
ambiental.
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