Rebato,
E., Rosique, J., Salces, I., San Martín, L., Fernández, J. R.,
Vinagre, A., 2002, Estudio comparativo entre
el PB1 y la combinación del PB1 con el LMS en una
muestra transversal de Bizkaia. Antropo, 3, 11-22. www.didac.ehu.es/antropo
Estudio
comparativo entre el PB1 y la combinación del PB1 con el
LMS en una muestra transversal de Bizkaia
Comparative
study between PB1 and the combination of
PB1 and LMS in a cross-sectional sample from Biscay
Departamento
de Genética, Antropología Física y Fisiología
Animal, Facultad de Ciencias, Universidad del País Vasco-EHU, Bilbao,
España.
Correspondencia: Esther
Rebato, Departamento de Genética, Antropología Física y
Fisiología Animal, Facultad de Ciencias, Universidad del País
Vasco-EHU, Apdo. 644 - 48080 Bilbao. España. E-mail: ggpreoce@lg.ehu.es
Palabras clave:
Estatura, Crecimiento, LMS, PB1, Bizkaia.
Key words:
Height, Growth, LMS, PB1, Biscay.
Esta investigación tiene como
objetivo analizar las diferencias introducidas por el ajuste de datos
transversales de crecimiento mediante dos modelos diferentes: uno estructural,
el PB1, y otro no estructural, el LMS. La combinación de ambos nos
permitirá la construcción de curvas de crecimiento (estatura a
cada edad) que servirán de referencia local para la provincia de
Bizkaia. La muestra está constituida por 768 niños y 857
niñas de la provincia de Bizkaia con edades comprendidas entre los 7,5 y
18,5 años, a los que se les ha medido la estatura. Se han comparado los
valores centilares suavizados independientemente mediante la aplicación
del modelo 1 de Preece Baines (procedimiento A), con aquellos calculados
aplicando el método LMS sobre la tendencia central de la muestra
(procedimiento B), estimándose las diferencias porcentuales existentes
entre los percentiles observados y los calculados mediante ambos
procedimientos. La comparación con un estudio semi-longitudinal de la
misma provincia, realizado en los años ochenta, apunta hacia una mayor
estatura en la muestra vizcaína actual.
The
aim of this research is to analyze the differences introduced by the fitting of
cross-sectional data of growth through of two different models: one structural,
the PB1, and another one nonstructural, the LMS. The combination of both will
allow the construction of growth curves (stature at each age) that will serve
as local reference for the province of Biscay. 768 boys and 857 girls of the
province of Biscay constitute the sample with ages between the 7.5 and 18.5
years, who has been sized. The smoothed centile values obtained by the
application of model 1 of Preece Baines (procedure A) have been separately
compared to those calculated applying the LMS method on the central tendency of
the sample (procedure B). The percentage differences between the observed
percentiles and the calculated ones by means of both procedures can be
observed. The comparison with a semi-longitudinal study of the same area,
carried out in the eighties, indicates a higher stature in the present sample
of Biscay.
El crecimiento puede ser definido como el
proceso por el cual los individuos cambian en tamaño y forma a
través de un cierto periodo de tiempo. Para analizar estos cambios se
han venido utilizando curvas (“charts”) estandarizadas, basadas en
la estatura, que permiten analizar el crecimiento individual. Sin embargo, los
métodos de construcción de estándares, incluso referencias
locales y nacionales, ha cambiado mucho en los últimos años.
Originalmente, las curvas estaturales eran dibujadas y suavizadas manualmente
por el investigador, pero actualmente las curvas que representan los cambios de
la estatura frente a la edad (curvas de crecimiento) se obtienen utilizando
metodologías estadísticas avanzadas basadas en el ajuste de
modelos matemáticos. Una de las razones para la utilización de
estos modelos es que constituyen una buena herramienta para predecir la talla
adulta y la edad al PHV (Peak Height Velocity) o edad del estirón puberal, y
para obtener una serie de parámetros biológicos que describen de
forma más completa el proceso de crecimiento. De esta forma, un gran
número de observaciones e información recogidas en el tiempo (en
varios años, por ejemplo), y difíciles de interpretar en su
conjunto, pueden ser resumidas en unos pocos y significativos
parámetros.
Los distintos modelos
matemáticos que se emplean para ajustar datos de crecimiento longitudinales
y transversales pueden ser divididos en estructurales y no estructurales. Los
modelos estructurales, como el Modelo I de Preece-Baines (PB1) (Preece y
Baines, 1978) utilizado en este trabajo, dependen de un conjunto de
parámetros, y se basan en el concepto de que el patrón de
crecimiento tiene una forma funcional básica a la que se le puede
atribuir una interpretación biológica directa. La desventaja de
estos modelos es que están limitados a ciertos rangos de edad o a
variables concretas, y no permiten describir sucesos particulares debido a la
rígida configuración de la curva. Este tipo de funciones se usan
normalmente para modelizar curvas de crecimiento individual más que para
conjuntos de muestras o poblaciones. No obstante, pueden ser aplicadas a medias
o a centiles seleccionados como la mediana o el percentil 90 (p90), de forma
que pueden generarse curvas centilares suavizadas. Se ha demostrado que el PB1
permite generar estos centiles suavizados (Hauspie y Wachholder, 1986),
describir mejor que ningún otro modelo matemático, el crecimiento
puberal (Wember et al., 1992), y tener un
número limitado de parámetros (cinco) que son relativamente
fáciles de interpretar (Hauspie, 1989).
En cuanto a los modelos no
estructurales, como el LMS (Cole, 1988, 1990), que también se ha
utilizado en esta investigación, su ajuste permite igualmente una buena
descripción del crecimiento, y constituye una buena aproximación
para estimar centiles. Este tipo de modelos no imponen una estructura
rígida predeterminada a las líneas centilares, y no sólo
se aplican a variables que muestran un patrón de incremento
monótono, como la talla o el peso, sino a otras variables menos
“predecibles”, como el BMI (Body Mass Index o Índice de Masa
Corporal) y los pliegues de grasa (Cole et al.,
1995). Presentan, no obstante, el problema de no ser totalmente controlables en
los extremos de los rangos de edad. La ventaja del método LMS, respecto
a otros modelos no estructurales, es que permite estimar un pequeño
número de parámetros interpretables biológicamente y puede
ser usado para combinar referencias nacionales de crecimiento tanto como para
construir una referencia internacional (Cole et al., 1998).
Aunque hasta la fecha han sido
varios los autores que han utilizado el modelo PB1 para obtener curvas
suavizadas de crecimiento mediante un ajuste independiente de las medias o de
los percentiles observados (pe. Hauspie y Wachholder, 1986; Brown y Crisp,
1987; Zemel y Johnston, 1994; Rosique y Rebato, 1995), actualmente la
mayoría de las investigaciones (Healy, 1992; Cole et al., 1998; Mei et al., 1998)
utilizan métodos matemáticos que estiman todos los percentiles de
forma simultánea a lo largo de la edad (Cole, 1988; Healy et al., 1988; Pan et al., 1990). Al
aplicarse de esta forma el método, se establece entre las curvas
centilares una relación que con el ajuste independiente no se
conseguía, y el investigador tiene el control sobre la tendencia
central, el grado de asimetría y la variabilidad.
Esta investigación tiene como
objetivo analizar las diferencias introducidas por el ajuste de datos
transversales de crecimiento mediante dos modelos diferentes: uno estructural,
el PB1, y otro no estructural, el LMS. La combinación de ambos nos
permitirá la construcción de curvas de crecimiento (estatura en
cada edad) que servirán de referencia local para la provincia de
Bizkaia. Para alcanzar este objetivo se han comparado los valores centilares
suavizados independientemente mediante la aplicación del modelo 1 de
Preece Baines (procedimiento A), con aquellos calculados aplicando el
método LMS sobre la tendencia central de la muestra (procedimiento B),
estimándose las diferencias porcentuales existentes entre los
percentiles observados y los calculados mediante ambos procedimientos.
Material
y Métodos
La muestra está
constituida por 768 niños y 857 niñas de la provincia de Bizkaia,
con edades comprendidas entre los 7,5 y 18,5 años de edad, a los que se
les midió la estatura siguiendo los criterios del Programa Biológico
Internacional (IBP, Weiner y Lourie, 1981). En este estudio se comparan las
líneas centilares suavizadas (desde el p3 hasta el p97) obtenidas
mediante la aplicación de dos procedimientos, con los percentiles
obtenidos directamente de la muestra y con los obtenidos de una muestra local.
El primer procedimiento de ajuste (A) consiste en deducir los percentiles
suavizados de la estatura por edad aplicando el PB1 a los percentiles obtenidos
directamente de la muestra. En el segundo procedimiento (B), se aplica el PB1
al conjunto de datos de la muestra obteniéndose una buena
estimación de la talla media por edad. Con la estimación de esta
curva se calculan las diferencias (residuos) que cada uno de los individuos
posee con respecto a ésta. Aplicando el método LMS a estos
residuos se obtienen simultáneamente todas las curvas centilares en
función de la curva de tendencia central. Puesto que los modelos PB1 y
LMS están ampliamente descritos en la literatura nos limitaremos a
comentarlos brevemente:
Se trata de una función
representada por 5 parámetros:
donde
H1 es la talla adulta, es una función del estirón
del crecimiento puberal a lo largo del eje temporal,
es el tamaño a la edad
y S0 y S1
están relacionados con las velocidades prepuberal y puberal, respectivamente.
El ajuste del PB1 se realizó por medio del procedimiento de
regresión no linear (NLR) proporcionado por el paquete
estadístico SPSS (9.0). La bondad del ajuste se comprobó mediante
dos criterios complementarios: i) la obtención de la suma de cuadrados
residuales (RSS) o su valor equivalente estandarizado (SEE), y ii) mediante la
ejecución de un test RUNS sobre los residuos.
La siguiente ecuación expresa la
estima de los centiles en función de la edad (Tj):
L(Tj)
donde
L es el valor requerido para eliminar el sesgo de la muestra, M es el valor de
la media, S es el coeficiente de variación y se corresponde con la desviación
equivalente normal. Para medir la bondad del ajuste se ha empleado un test de c2 tal y como
recomiendan Cole et
al.
(1995). El ajuste del método LMS se realizó mediante un programa
escrito en FORTRAN 77 (Cole y Green, 1992).
Comparación de ambos
procedimientos
Procedimiento A: aplicando el PB1, se ajustan
los centiles crudos observados uno a uno. De esta forma se estiman
independientemente los centiles suavizados de cada categoría de edad.
Procedimiento B: aplicación del LMS
sobre los residuos de la modelización de los valores centrales con otro
modelo sobre el conjunto de los datos. El PB1 fue también un buen modelo
opcional para conseguir esto ya que permite realizar una buena
estimación de las tendencias centrales, es decir, la talla media a cada
edad. Tras obtener esta curva central, se calcularon los residuos para todos los
datos como la diferencia entre los valores observados y los esperados frente a
la curva central, para cada edad. El resultado es un patrón de
variación cambiante de la talla corporal con la edad. Como el
método de Cole solamente admite valores positivos para calcular los
centiles, los residuos obtenidos se transformaron añadiéndoles un
factor de corrección: k, que sería cualquier valor adecuado mayor
que cero:
Residuo
transformado = residuo del PB1 + k
En un siguiente paso, se estimaron los
centiles aplicando el método LMS sobre los residuos transformados.
Finalmente, los valores centrales esperados del PB1 y los valores estimados
para los residuos con el método LMS se sumaron para estimar,
simultáneamente, el grupo de líneas centilares:
donde
k es el mismo factor de corrección precedente.
Con el fin
de analizar el grado de proximidad de los centiles del mismo rango, los valores
centilares esperados por edad fueron comparados entre los procedimientos A y B,
mediante un test Wilcoxon. Las diferencias entre los centiles suavizados
obtenidos y los centiles crudos fueron también comparadas por un
método basado en diferencias logarítmicas, mediante la
fórmula:
100
* log (centil suavizado/centil crudo)
Esta ecuación se relaciona
estrechamente con las diferencias porcentuales entre centiles (Cole 1989) y
también ha sido aplicada al estudio de las discrepancias entre los
procedimientos A y B mediante el cálculo de la formula
logarítmica, situando a PB1 en el numerador. Los resultados obtenidos
permiten asimismo comparar los centiles obtenidos de datos transversales con
los de un estudio previo semi-longitudinal, realizado en una muestra de la
misma provincia (Hernández et al., 1988).
Resultados
y Discusión
Los parámetros obtenidos de la
aplicación independiente del modelo PB1 a cada línea centilar
observada (3, 10, 25, 50, 75, 90 y 97), en ambos sexos, se muestran en la Tabla
1. La suma de cuadrados residuales (RSS) se sitúa, según la
línea centilar considerada, entre el valor de 28,16 cm2 (3er
centil) y 2,56 cm2 (centil 25) para los chicos y entre 8,01 cm2
(3er centil) y 2,16 cm2 (centil 25), para las
chicas. Los valores de SEE se sitúan en el rango de variación de
estudios precedentes (Lindgren y Hauspie, 1989; Rebato et al., 1993). En ambos sexos, el
test de los RUNS para los residuos no fue significativo en ninguna línea
centilar. Para todas las líneas centilares, la asíntota del
modelo (h1) se alcanzó a edades más precoces en las
chicas que en los chicos. En éstos, el parámetro h1,
como se muestra en la Tabla 1, muestra un incremento a través de los
distintos centiles: de 3,4 cm desde el centil 3 al 10, 4,5 cm del 10 al 25, 3,6
cm del 25 al 50, 4,6 cm del 50 al 75, 3,9 cm desde el 75 al 90 y 6,6 cm del 90
al 97. En las chicas los incrementos entre centiles son mayores que los de los
chicos, excepto en el paso del centil 10 al 25 y del 90 al 97.
Centil ± SE |
||||||||||||||
CHICOS |
3 |
|
10 |
|
25 |
|
50 |
|
75 |
|
90 |
|
97 |
|
H1
(cm) |
161,55 |
±1,33 |
164,9 |
±0,71 |
169,50 |
±0,49 |
173,13 |
±0,73 |
177,7 |
±0,6 |
181,67 |
±0,94 |
188,33 |
±1,13 |
HJ
(cm) |
152,38 |
±1,22 |
156,6 |
±0,68 |
159,98 |
±0,50 |
164,67 |
±0,74 |
169,0 |
±0,7 |
170,33 |
±1,51 |
175,05 |
±1,88 |
SJ(cm/año) |
0,12 |
±0,02 |
0,15 |
±0,01 |
0,13 |
±0,01 |
0,15 |
±0,01 |
0,16 |
±0,0 |
0,13 |
±0,02 |
0,13 |
±0,02 |
S1
(cm/año) |
3,03 |
±1,54 |
1,89 |
±0,39 |
1,32 |
±0,14 |
1,96 |
±0,49 |
1,78 |
±0,3 |
1,25 |
±0,28 |
1,16 |
±0,29 |
J
(años) |
15,25 |
±0,23 |
14,93 |
±0,16 |
14,84 |
±0,12 |
14,52 |
±0,17 |
14,19 |
±0,1 |
13,54 |
±0,26 |
12,76 |
±0,28 |
RSS (cm2) |
28,16 |
|
7,70 |
|
2,56 |
|
9,78 |
|
7,69 |
|
10,42 |
|
8,46 |
|
SEE (cm) |
0,76 |
|
0,40 |
|
0,23 |
|
0,45 |
|
0,40 |
|
0,46 |
|
0,42 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
CHICAS |
3 |
|
10 |
|
25 |
|
50 |
|
75 |
|
90 |
|
97 |
|
H1
(cm) |
149,67 |
±0,58 |
154,1 |
±0,68 |
157,19 |
±0,43 |
161,02 |
±0,63 |
165,69 |
±0,6 |
171,78 |
±0,72 |
174,51 |
±0,72 |
HJ
(cm) |
141,52 |
±0,87 |
145,4 |
±1,36 |
147,12 |
±1,83 |
152,57 |
±2,19 |
156,41 |
±2,2 |
162,51 |
±2,66 |
166,12 |
±1,63 |
SJ(cm/año) |
0,13 |
±0,02 |
0,13 |
±0,02 |
0,13 |
±0,03 |
0,16 |
±0,04 |
0,15 |
±0,0 |
0,15 |
±0,03 |
0,15 |
±0,03 |
S1
(cm/año) |
1,94 |
±0,52 |
1,18 |
±0,27 |
0,98 |
±0,16 |
1,09 |
±0,29 |
1,18 |
±0,3 |
0,83 |
±0,24 |
1,55 |
±0,62 |
J
(años) |
13,21 |
±0,18 |
13,21 |
±0,31 |
12,36 |
±0,37 |
12,49 |
±0,47 |
12,31 |
±0,4 |
12,57 |
±0,62 |
12,16 |
±0,31 |
RSS (cm2) |
8,01 |
|
5,66 |
|
2,16 |
|
5,24 |
|
4,13 |
|
5,18 |
|
7,33 |
|
SEE (cm) |
0,40 |
|
0,34 |
|
0,21 |
|
0,33 |
|
0,30 |
|
0,33 |
|
0,39 |
|
Tabla 1. Parámetros
obtenidos del ajuste por PB1 del grupo de centiles observado en ambos sexos (SE
= error estándar, RSS = suma de residuos cuadráticos, SEE = error
estándar de la estima).
Table 1. Parameters obtained through the fitting by PB1 of the centile group observed in both sexes (SE = standard error, RSS = sum of squared residuals, SEE = estandar error of the estimation).
La Tabla 2 muestra los
valores centilares suavizados finales obtenidos para las curvas de crecimiento
de la muestra vizcaína. En general, los valores centilares encontrados
para la edad fueron siempre mayores en chicos que en chicas, con algunas excepciones,
como por ejemplo hasta la edad al PHV en los chicos (14,14 años, valor
obtenido a partir de la primera derivada de la ecuación del modelo PB1).
Cuando se observan los percentiles p25 y p50, los chicos son más altos
que las chicas a casi todas las edades, excepto entre los 11,5 y los 13,5
años, debido al adelantamiento del estirón puberal en el sexo
femenino respecto al masculino. Sin embargo, las chicas alcanzan estaturas
más altas que los chicos a algunas edades en los centiles superiores
(7,5 y 12,5 años para el p75, de 7,5 a 12,5 años para el p90 y
desde los 7,5 a los 9,5 años para el p97), y en los centiles inferiores
también (de 7,5 a 8,5 años y desde 13,5 a 14,5 años para
el p3, y finalmente 7,5 años para el p10).
|
|
|
|
Chicos |
|
|
|
|
|
|
Chicas |
|
|
|
Edad
(años) |
P3 |
P10 |
P25 |
P50 |
P75 |
P90 |
P97 |
P3 |
P10 |
P25 |
P50 |
P75 |
P90 |
P97 |
7,5 |
113,66 |
116,28 |
120,12 |
123,51 |
126,67 |
132,28 |
136,60 |
114,99 |
116,72 |
120,01 |
122,92 |
127,64 |
132,60 |
140,48 |
8,5 |
119,10 |
123,03 |
126,11 |
130,50 |
134,22 |
138,31 |
143,07 |
119,26 |
121,56 |
125,15 |
129,11 |
133,31 |
139,03 |
145,35 |
9,5 |
124,10 |
128,87 |
131,41 |
136,52 |
140,58 |
143,79 |
149,25 |
123,02 |
126,00 |
130,28 |
134,84 |
138,71 |
145,11 |
149,86 |
10,5 |
128,44 |
133,92 |
136,15 |
141,70 |
146,22 |
149,05 |
155,77 |
126,44 |
130,39 |
135,76 |
140,55 |
144,40 |
151,02 |
154,69 |
11,5 |
132,27 |
138,67 |
140,56 |
146,23 |
151,16 |
154,72 |
163,42 |
130,03 |
135,23 |
141,73 |
146,52 |
150,78 |
156,74 |
160,94 |
12,5 |
135,67 |
142,38 |
145,08 |
150,51 |
156,18 |
161,62 |
172,23 |
135,46 |
140,91 |
147,57 |
152,31 |
157,18 |
161,92 |
167,95 |
13,5 |
138,82 |
146,88 |
150,49 |
155,88 |
162,84 |
169,57 |
180,16 |
143,30 |
146,69 |
152,14 |
156,75 |
161,88 |
166,02 |
172,42 |
14,5 |
143,53 |
153,66 |
157,23 |
163,97 |
170,98 |
176,18 |
185,08 |
148,20 |
150,86 |
154,90 |
159,26 |
164,28 |
168,77 |
174,00 |
15,5 |
154,68 |
161,36 |
163,64 |
170,61 |
175,97 |
179,71 |
187,18 |
149,44 |
152,92 |
156,24 |
160,37 |
165,22 |
170,36 |
174,40 |
16,5 |
160,91 |
165,00 |
167,41 |
172,71 |
177,42 |
181,06 |
187,95 |
149,64 |
153,71 |
156,81 |
160,80 |
165,54 |
171,17 |
174,49 |
17,5 |
161,52 |
165,82 |
168,87 |
173,07 |
177,70 |
181,49 |
188,21 |
149,67 |
153,98 |
157,04 |
160,95 |
165,64 |
171,56 |
174,50 |
18,5 |
161,55 |
165,95 |
169,53 |
173,13 |
177,75 |
181,62 |
188,29 |
149,67 |
154,06 |
157,13 |
161,00 |
165,67 |
171,74 |
174,51 |
Tabla 2. Valores centilares
suavizados de la estatura (cm) obtenidos por aplicación independiente
del PB1 a cada línea centilar cruda (método A), en ambos sexos.
Table 2. Smoothed centile values of
height (cm) obtained through the independent application of PB1 to each raw
centile line (method A) n both sexes.
La Figura 1 muestra la
representación gráfica de los centiles suavizados y crudos para
la estatura por edades. La figura puede utilizarse como una gráfica de
crecimiento cuando los datos observados se eliminan y sólo se
representan las curvas centilares. El p50 muestra características
relacionadas con la edad parecidas en chicos y en chicas. La distancia entre
los centiles muestra una cierta variabilidad, dependiente de la edad, debido al
ajuste independiente de las líneas. Estas distancias se incrementan, en
chicas, desde los 11,5 a los 13,5 años, principalmente en los centiles
extremos (p97 y p3), porque este rango de edad se produce también el
mayor aumento de varianza estatural en chicas. En chicos se puede observar
entre los 13,5 y los 15,5 años un aumento paralelo de la varianza
estatural, debido a que, a esas edades, las curvas centilares masculinas
también han incrementado las distancias entre ellas.
Figura 1. Curvas de crecimiento
obtenidas por ajuste independiente con PB1 de las líneas centilares
crudas (método A) en ambos sexos. También se muestran los valores
centilares crudos (¨).
Figure 1. Growth
charts obtained by the independent fiting with PB1 of the raw centile lines
(method A) in both sexes. The raw centile values are also showed.
El PB1 se utilizó para modelizar
los valores centrales en la muestra total antes de aplicar el LMS. El ajuste
del PB1 se consideró bueno debido a los valores de SEE (0,27 en chicos y
0,22 en chicas), y la distribución aleatoria de los residuos. De hecho,
para ambos sexos, el test de los RUNS confirmó una desviación no
significativa de los residuos. Los parámetros finales del PB1 para los
valores centrales fueron los siguientes:
Chicos:
h1 = 173,94 ± 0,78, hJ = 164,73 ± 0,78, s0 = 0,14 ± 0,01, s1 = 1,42 ± 0,24, J = 14,55 ± 0,17.
Chicas:
h1 = 162,57 ± 0,66, hJ = 151,29 ± 3,41, s0 = 0,12 ± 0,05, s1 = 0,85 ± 0,20, J = 12,26 ± 1,68.
La primera derivada de la ecuación
del modelo ha permitido extraer los principales parámetros
biológicos que caracterizan el crecimiento estatural en la muestra
masculina (edad al inicio del estirón: 11,34 años, estatura al
inicio del estirón: 145,47 cm, velocidad al inicio del estirón:
4,61 cm/año, edad al PHV: 14,14 años, estatura al PHV: 161,73 cm,
velocidad al PHV: 7,57 cm/año), y de la muestra femenina (edad al inicio
del estirón: 8,03 años, estatura al inicio del estirón:
127,12 cm, velocidad al inicio del estirón: 5,27 cm/año, edad al
PHV: 11,08 años, estatura al PHV: 144,35 cm, velocidad al PHV: 6,08
cm/año).
La Tabla 3 muestra los valores
individuales de los parámetros L, M y S, obtenidos de los residuos y la
M transformada en el ajuste por edades, teniendo en cuenta la cantidad
independiente de información presente en la muestra total, es decir, 544
y 567 valores estaturales para chicos y chicas, respectivamente. La curva M
tenía 25 edf (equivalent degrees of freedom) para los chicos y 22 edf
para las chicas, con curvas S de 3 edf para chicos y 3 edf para chicas,
ajustados sobre la escala de edad no transformada. Como el coeficiente de
variación obtenido (CV) para la estatura es pequeño, el efecto
sobre la desviación de los centiles fue mínimo, por lo que el
valor inicial de L se fijó en 1. Tras el ajuste, la
transformación de Box-Cox (L) proporcionó un valor de 0,706 para
chicos y 0,847 para chicas (Tabla 3), estableciendo que, de hecho, no
había grandes evidencias de sesgo, porque como se esperaba L se
mantenía muy próxima a 1. La bondad del ajuste se probó
por medio de un test de c2 para controlar que la
dispersión de los valores no mostrase diferencias significativas entre
el número de puntos observado y esperado (c2 con 7 g.l. fue
de 6,642 para chicos y 6,509 para chicas).
|
|
Chicos
(L=0,706) |
|
Chicas
(L=0,847) |
|
|||||
Edad años |
M |
S |
M transf. (cm) |
|
M |
S |
M transf. (cm) |
|||
7,5 |
25,032 |
0,231 |
124,24 |
|
22,122 |
0,286 |
124,35 |
|||
8,5 |
25,046 |
0,247 |
130,54 |
|
22,098 |
0,291 |
129,65 |
|||
9,5 |
25,063 |
0,264 |
136,59 |
|
22,074 |
0,296 |
135,05 |
|||
10,5 |
25,080 |
0,278 |
141,20 |
|
22,054 |
0,299 |
140,60 |
|||
11,5 |
25,101 |
0,294 |
145,99 |
|
22,036 |
0,301 |
146,99 |
|||
12,5 |
25,115 |
0,306 |
151,09 |
|
22,022 |
0,301 |
152,55 |
|||
13,5 |
25,115 |
0,313 |
156,98 |
|
22,011 |
0,298 |
156,75 |
|||
14,5 |
25,103 |
0,314 |
164,03 |
|
22,002 |
0,295 |
159,77 |
|||
15,5 |
25,076 |
0,310 |
170,20 |
|
21,994 |
0,291 |
161,21 |
|||
16,5 |
25,041 |
0,304 |
172,78 |
|
21,986 |
0,288 |
161,96 |
|||
17,5 |
24,992 |
0,297 |
173,64 |
|
21,979 |
0,286 |
162,29 |
|||
18,5 |
24,936 |
0,290 |
173,86 |
|
21,972 |
0,284 |
162,44 |
|||
Tabla 3. Valores LMS derivados
de la muestra vizcaína para la L de Box-Cox y la media M para los
residuos, el coeficiente de variación S y la M transformada, por sexos y
edades.
Table 3. LMS values derived
from the Biscay sample for the Box-Cox’s L and the mean M of the
residuals, the coefficient of variation S and the transformed M value, for each
sex and age.
La Figura 2 muestra las
representaciones gráficas de las curvas S y M ajustadas para la muestra
estudiada frente a la edad. La curva S de los chicos mostró que el CV de
la estatura aumentaba con la edad desde los 14,0 a los 14,5 años de
edad, donde se encuentra la edad al PHV previamente obtenida (14,14
años) a partir de la primera derivada del PB1. Con un patrón
similar de crecimiento al de la curva S de chicos, la de las chicas aumentaba
bastante uniformemente hasta un pico más ancho, correspondiente a su
pubertad, en el rango entre 11 y 12 años de edad (donde se encuentra la
edad al PHV de las chicas, 11,08 años), y después
descendía. La Tabla 4 muestra los valores centilares suavizados obtenidos
al aplicar el método B. Como se mostró con el método A,
los chicos siempre eran más altos que las chicas en todos valores
centilares equivalentes, con algunas excepciones. En ambos métodos (A y
B), los valores centilares finales del p25 mostraban tallas más altas en
chicas en el mismo rango de edad (de 11,5 a 13,5 años). Los otros
centiles tenían un patrón similar de solapamiento (longitud y
situación de los rangos de edad solapados) en el método B (Tabla
4) con respecto al método A (Tabla 2), aunque con ligeras variaciones.
El método B mostró también el principal solapamiento antes
de que los chicos llegasen a la edad al PHV (11,5 años y 12,5
años desde el p3 al p75, y a los 13,5 años del p3 al p25), y al
inicio del rango de edad (7,5 años para p50, p90 y p97).
Figura 2. Comparación de las
curvas S y M transformadas por edades y en ambos sexos. Los valores para chicos
se muestran como líneas continuas, con líneas discontinuas para
las chicas. CV = Coeficiente de variación.
Figure 2. Comparison of S and M
curves transformed for each age and sex. Values of boys are showed as
continuous lines, and those for girls with dotted lines. CV = coefficient of
variation.
|
|
|
|
Chicos
|
|
|
|
|
|
|
Chicas |
|
|
|
Edad (años) |
P3 |
P10 |
P25 |
P50 |
P75 |
P90 |
P97 |
P3 |
P10 |
P25 |
P50 |
P75 |
P90 |
P97 |
7,5 |
114,14 |
117,20 |
120,47 |
124,24 |
128,27 |
132,00 |
135,81 |
113,14 |
116,62 |
120,27 |
124,35 |
128,79 |
132,78 |
136,79 |
8,5 |
119,81 |
123,05 |
126,52 |
130,54 |
134,85 |
138,86 |
142,96 |
118,25 |
121,77 |
125,48 |
129,65 |
134,15 |
138,21 |
142,29 |
9,5 |
125,20 |
128,62 |
132,31 |
136,59 |
141,22 |
145,53 |
149,94 |
123,46 |
127,03 |
130,79 |
135,05 |
139,59 |
143,71 |
147,86 |
10,5 |
129,25 |
132,83 |
136,71 |
141,20 |
146,12 |
150,67 |
155,36 |
128,87 |
132,47 |
136,28 |
140,60 |
145,17 |
149,33 |
153,53 |
11,5 |
133,46 |
137,20 |
141,27 |
145,99 |
151,20 |
156,03 |
161,00 |
135,18 |
138,80 |
142,62 |
146,99 |
151,56 |
155,75 |
159,97 |
12,5 |
138,08 |
141,95 |
146,18 |
151,09 |
156,55 |
161,61 |
166,82 |
140,76 |
144,37 |
148,18 |
152,55 |
157,11 |
161,29 |
165,50 |
13,5 |
143,71 |
147,65 |
151,96 |
156,98 |
162,57 |
167,75 |
173,09 |
145,03 |
148,62 |
152,40 |
156,75 |
161,25 |
165,40 |
169,58 |
14,5 |
150,71 |
154,66 |
158,98 |
164,03 |
169,62 |
174,81 |
180,17 |
148,19 |
151,73 |
155,47 |
159,77 |
164,21 |
168,30 |
172,42 |
15,5 |
157,04 |
160,94 |
165,20 |
170,20 |
175,67 |
180,78 |
186,04 |
149,74 |
153,25 |
156,95 |
161,21 |
165,59 |
169,63 |
173,70 |
16,5 |
159,84 |
163,67 |
167,86 |
172,78 |
178,10 |
183,10 |
188,24 |
150,59 |
154,07 |
157,73 |
161,96 |
166,28 |
170,28 |
174,31 |
17,5 |
160,93 |
164,69 |
168,78 |
173,64 |
178,78 |
183,65 |
188,66 |
151,00 |
154,45 |
158,09 |
162,29 |
166,57 |
170,53 |
174,53 |
18,5 |
165,06 |
165,06 |
169,06 |
173,86 |
178,82 |
183,56 |
188,43 |
151,23 |
154,66 |
158,27 |
162,44 |
166,68 |
170,61 |
174,58 |
Tabla 4. Valores centilares
suavizados obtenidos al aplicar el método LMS a los residuos de las
tendencias centrales de los datos (método B).
Table 4. Smoothed centile
values obtained through the application of the LMS method to the residuals of
the central tendencies of the data (method B).
La Tabla 5 muestra el porcentaje de
discordancia entre los dos grupos de curvas en las representaciones
gráficas de las referencias del crecimiento por sexos. El p3 y el p97
mostraron el mayor desacuerdo entre métodos en ambos sexos. El sesgo
sistemático entre líneas centilares fue, en general, ligeramente
mayor en chicas que en chicos. El test de Wilcoxon mostró evidencias
significativas entre los métodos A y B (p < 0,01), únicamente
en el p3 y el p25 en chicos y en todos los centiles, excepto el p3, en chicas.
En chicos, en general, los centiles 3 y 25 eran más altos con el LMS que
con el PB1. Mientras en chicas, por encima del p75 los valores del LMS eran en
general más altos que los esperados por el PB1; en general, después
de los centiles 90 y 97 aparecen valores más altos en el PB1.
|
|
|
P3 |
P10 |
P25 |
P50 |
P75 |
P90 |
P97 |
Global |
CHICOS |
PB1 |
m |
0,013 |
-0,292 |
0,018 |
0,028 |
0,030 |
0,085 |
0,091 |
-0,004 |
|
(método
A)1 |
s |
0,568 |
0,320 |
0,153 |
0,263 |
0,216 |
0,301 |
0,854 |
0,445 |
|
LMS |
m |
-0,570 |
-0,190 |
-0,200 |
-0,040 |
-0,070 |
-0,110 |
0,520 |
-0,094 |
|
(método
B) 1 |
s |
0,916 |
0,382 |
0,216 |
0,300 |
0,304 |
0,446 |
0,992 |
0,640 |
|
Entre |
m |
-0,585 |
0,098 |
-0,215 |
-0,066 |
-0,102 |
-0,196 |
0,434 |
-0,090 |
|
métodos |
s |
0,682 |
0,266 |
0,182 |
0,144 |
0,225 |
0,347 |
0,652 |
0,491 |
CHICAS |
PB1 |
m |
-0,092 |
0,088 |
0,085 |
0,105 |
0,057 |
-0,047 |
0,017 |
0,030 |
|
(método
A) 1 |
s |
0,559 |
0,246 |
0,171 |
0,257 |
0,353 |
0,390 |
0,844 |
0,445 |
|
LMS |
m |
-0,510 |
-0,290 |
-0,110 |
-0,090 |
-0,110 |
0,190 |
0,450 |
-0,067 |
|
(método
B) 1 |
s |
0,744 |
0,450 |
0,175 |
0,284 |
0,303 |
0,396 |
1,015 |
0,607 |
|
Entre |
m |
-0,415 |
-0,381 |
-0,190 |
-0,200 |
-0,165 |
0,233 |
0,434 |
-0,098 |
|
métodos |
s |
0,714 |
0,393 |
0,078 |
0,160 |
0,160 |
0,140 |
0,378 |
0,451 |
Tabla
5.
Descriptivos (m = media, s = desviación estándar) de las
diferencias porcentuales entre los centiles observados empíricamente y
los esperados en la modelización, tras aplicar ambos métodos (PB1
y LMS) en chicos y chicas. También se muestran las diferencias globales
entre los centiles y la discordancia entre métodos.
1 =
con respecto a los centiles crudos
Table
5.
Descriptive statistics (m = mean valued, s = standard deviation) of the
percentage differences between the observed centiles and those expected from
the modellisation, after the application of both methods (PB1 and LMS) in boys
and girls. The whole differences between the centiles and the difference between
both methods are also showed.
1 =
considering raw centiles
La proximidad de los valores centilares
obtenidos con los métodos A y B en los datos centilares crudos
también se estudió calculando el porcentaje de desacuerdo entre
centiles (Tabla 5). Cuando se comparan todos los porcentajes entre centiles, el
PB1 podría ajustar ligeramente mejor los datos crudos que el LMS en
ambos sexos. Sin embargo, el p10 en chicos tenía el mayor grado de
discordancia (-0,292%), incluso aplicando el ajuste LMS (-0,190%). El grado de
discordancia con respecto a los datos crudos fue bastante homogéneo
entre centiles cuando se ajustaban con PB1, mientras que el porcentaje de
discordancia cuando se utilizaban los métodos A y B estaba
próximo al 0,1% en valores absolutos con los centiles extremos (p3 y
p97), los menos concordantes de todos.
El porcentaje de discordancia entre los
centiles suavizados de los datos transversales de la muestra vizcaína y
los presentados por Hernández et al. (1988), de una muestra del Gran Bilbao,
se obtuvo aplicando también diferencias logarítmicas. Las
diferencias porcentuales globales entre centiles eran ligeramente menores
cuando se utilizaban los centiles suavizados del PB1 (0,339% para chicos y
0,454% para chicas) que cuando se utilizaban los centiles suavizados del LMS
(0,594% para chicos y 0,394 para chicas). Sin embargo, casi todas las
diferencias por edades eran mayores que cero en ambos métodos,
principalmente con el LMS, excepto en el percentil más bajo (p3) a
algunas edades. Por lo tanto, a partir de esta comparación puede
sugerirse un cambio hacia arriba en las líneas centilares de las curvas
de crecimiento en la población vizcaína actual.
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