Bejarano, I., Dipierri, J.E., Alfaro, E. 2006, Datos
censales y evolución del flujo génico en la provincia de Jujuy, Argentina
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Datos censales y evolución
del flujo génico en la provincia de Jujuy, Argentina (1869-1991)
Census register and evolution of the gene flow in the province of
Jujuy, Argentina (1869-1991)
I.
Bejarano, J. E. Dipierri, E. Alfaro
Correspondencia: Instituto de Biología de la Altura. Universidad Nacional de Jujuy.
Avda. Boliva 1661. (4600) San
Salvador de Jujuy. Argentina. E-mail: bejarano@inbial.unju.edu.ar.
Palabras claves: datos censales – flujo génico – evolución – Jujuy
Key
works: census register – gene flow - evolution – Jujuy
Resumen
Entre los factores evolutivos que afectan a la estructura
de las poblaciones se encuentra la migración, la cual implica fuga y/o ingreso
de individuos, y por consiguiente de sus genes, a la población y por tanto
flujo génico. A partir de datos censales (período 1869-1991) el objetivo de
este trabajo fue analizar y comparar la evolución del flujo génico en la
provincia de Jujuy. Se calculó, por departamentos y años, la población
intercensal, la tasa efectiva de inmigración (Tei) y la tasa de migración efectiva (me). La significación de la variación temporal de estos
indicadores se analizó mediante una regresión lineal y la homogeneidad
interdepartamental se ponderó por un análisis de conglomerados jerárquicos. Las
diferencias interanuales sólo fueron significativas en los siguientes
departamentos con dos tipos de tendencia del flujo génico a) aumento (Santa
Catalina, Valle Grande y Yavi) y b) disminución (Santa Bárbara, Susques,
Ledesma, San Pedro y San Antonio). El resto de los departamentos, sin
diferencias interanuales estadísticamente significativas, presentaron flujo
génico relativamente estable. En cuanto a la magnitud del flujo se
identificaron 4 categorías: a)
baja (Valle Grande, Cochinoca, Santa Catalina, Susques, Rinconada, Tumbaya,
Humahuaca, Tilcara y Yavi; b) mediana (Dr. Belgrano y San Antonio); c) alta
(San Pedro, Santa Bárbara y El Carmen); d) muy alta (Ledesma). Los resultados
encontrados permiten tener una visión de conjunto de una gran profundidad
temporal acerca del comportamiento y evolución del flujo génico en la provincia
de Jujuy, coherentes, en general, con los antecedentes demográficos e
históricos de su poblamiento.
Abstract
Migration is among the
evolutionary factors affecting the structure of populations. Migration implies
the drift of individuals and their genes from a population, or their transfer
into it, creating a gene flow. The purpose of this study-based on census data
for the 1869-1991 period- was to analyse and compare the gene flow in the
province of Jujuy, Argentina. Population between censuses, effective
immigration rate (Tei after its name in Spanish),
and effective migration (me, after its name in Spanish)
were estimated by departments and years. Temporal variation significance of
these markers was evaluated using a linear regression analysis and
interdepartmental homogeneity was determined by analysis of hierarchical
conglomerates. Interannual differences found were significant only in the
following departments with two types of gene flow tendency: a) gene flow
increase (Santa Catalina, Valle Grande and Yavi), and b) gene flow decrease
(Santa Barbara, Susques, Ledesma, San Pedro and San Antonio). The rest of
departments, without statistically significant interannual differences, showed
a relatively stable gene flow. In terms of actual magnitude of gene flow, four
categories were identified: a) low gene flow (Valle Grande, Cochinoca, Santa
Catalina, Susques, Rinconada, Tumbaya, Humahuaca, Tilcara and Yavi; b) average
gene flow (Dr. Belgrano and San Antonio); c) high gene flow (San Pedro, Santa
Barbara and El Carmen); d) very high gene flow (Ledesma). Our results provide a
comprehensive view of a great temporal depth about gene flow behaviour and
evolution in Jujuy province, in general agreement with demographic and
historical antecedents of how it has been populated.
Introducción
Las
poblaciones humanas son agrupaciones de individuos que comparten un conjunto de
características producto de un complejo desarrollo estructurante
bio-socio-cultural (Henry, 1983; Pressat, 1983; Tapinos, 1988; Castro de
Guerra, 1991). De acuerdo a Little y Leslie (1993), estudiar la estructura de
una población implicaría considerar todas las subdivisiones metodológicas que
pueden hacerse para abordar este análisis: demográfica, genética, marital, de
parentesco, etc. Pero explorar la estructura y dinámica de una población
significa no solo describir, comprender e interpretar, con modelos y teorías
estas estructuras sino también las relaciones existentes entre las mismas
(Castro de Guerra, 1991; Dipierri, 2004).
El
principal objetivo de la genética de poblaciones al analizar la estructura de
una población consiste en determinar los factores biológicos y/o
socioculturales que contribuyen a explicar la distribución y variabilidad de
los genes en las poblaciones (Dipierri et al., 1999; Dipierri, 2004; Dipierri et al., 2004). Los modelos convencionales de la genética de
poblaciones se basan en el análisis de marcadores con un número restringido de
alelos, que se heredan de una generación a la siguiente, ignorando la
estructura por edad de la población, su distribución en el tiempo y el espacio
y sus características socioeconómicas y comportamentales (Cavalli-Sforza et
al., 1994).
La
demogenética combina la teoría genética con los datos demográficos y como una
extensión y generalización de la genética de poblaciones toma en cuenta la
información demográfica detallada de las poblaciones humanas para proponer un
modelo de la estructura genética de las mismas. Al relacionar la estructura
genética con la demográfica se intenta identificar cuáles son las
características de la primera que pueden predecirse a partir del conocimiento
de la segunda y colateralmente los cambios evolutivos y los procesos que han
ocurrido para conformar estas estructuras (Lasker y Mascie-Taylor, 1993;
Demarchi et al., 2000).
Entre los factores evolutivos que afectan a la estructura genética de las poblaciones se encuentran, entre otros, la migración, el tamaño de la población y el aislamiento (Dipierri, 2004; Barrai et al., 1991, 2000, 2001). Desde un punto de vista biológico la migración transforma las características genéticas, la distribución espacial de las poblaciones y la ocupación y explotación de diversos ambientes de la biosfera (Lasker y Mascie-Taylor, 1993). Las migraciones implican fuga y/o ingreso de individuos, y por consiguiente de sus genes, a la población, es decir flujo génico. El flujo génico entre las poblaciones puede tener múltiples efectos sobre la diversidad genética de las mismas, constituir una fuente de variación de las frecuencias génicas, minimizar las diferencias genéticas interpoblacionales o transformar el tamaño efectivo de las poblaciones.
La
evaluación temporal y espacial de la migración permite comprender sus efectos
sobre el tamaño poblacional e indirectamente evaluar el impacto del flujo
génico en la estructura genética de la población. El objetivo de este trabajo
fue analizar la variación diacrónica (período 1869-1991) de la estructura demogenética
de la provincia de Jujuy a través de indicadores de flujo génico construidos a
partir de datos censales.
Materiales y métodos
La
población y su ambiente
La
provincia de Jujuy se ubica en el extremo Noroeste de la República Argentina
entre los 21 48' y 24 36' de Latitud Sur. Limita con una sola provincia
argentina, Salta, al Sur y al Este, y con Bolivia y Chile al Norte y al Oeste.
Es un territorio de 53.2l9 Km (1,9% del territorio continental argentino) que
alberga 608.402 habitantes (Censo de Población y vivienda, 2001), los que
representan el 1,6% de la población total del país. Dieciséis son los
departamentos que conforman la provincia, centrada políticamente y
administrativamente en el departamento Dr. Manuel Belgrano. Entre estos
departamentos se puede citar, además: El Carmen, San Antonio, Palpalá, San
Pedro, Ledesma, Valle Grande, Santa Bárbara, Humahuaca, Tilcara, Tumbaya,
Cochinoca, Santa Catalina, Yavi, Susques y Rinconada (Figura 1).
Estos
departamentos presentan un relieve territorial con grandes variaciones
altimétricas. Orográficamente, se distinguen: el altiplano, la quebrada, el
cordón formado por las serranías del Zenta, Centinela y Zapla, los valles de
los Ríos San Francisco y Lavayén y serranías de Santa Bárbara, Centinela y Maíz
Gordo. A partir de estas diferencias fisiográficas, surgen disimilitudes en lo
que se refiere a asentamientos humanos y patrones culturales, por lo que es
pertinente la consideración de cuatro regiones geográficas: la Puna
(comprendida por los departamentos Cochinoca, Rinconada, Santa Catalina,
Susques y Yavi que presenta una altura media superior a los 3500 m sobre el
nivel del mar, [msnm]), la Quebrada (que abarca los departamentos de Humahuaca,
Tilcara y Tumbaya cuya altimetría varía desde los 600 a 700 msnm hasta los 3700
msnm en Tres Cruces), los Valles (integrado por los departamentos Dr. Manuel
Belgrano, Palpalá, El Carmen y San Antonio con una altura sobre el nivel del
mar de aproximadamente los 1200 m) y las Selvas (que se extiende a los departamentos
de Ledesma, San Pedro, Santa Bárbara y Valle Grande los que se localizan
aproximadamente entre los 500 y los 700 msnm) (Figura 1).
Fuente
de datos
En el presente estudio se utilizaron los censos nacionales de población de la provincia de Jujuy correspondiente a los años 1869, 1895, 1914, 1947, 1960, 1970, 1980 y 1991. Para aquellos censos en los cuales la información necesaria para la presente investigación no se encontraba disponible, se utilizaron fuentes secundarias que permitieron subsanar dicha carencia (Recchini de Lattes y Lattes, 1969, 1975; Lattes, 1985; Benencia et al., 2003; Boleda y Mercado, 1991; Boleda 1999).
Estimación
de la población intercensal
El
cálculo de la tasa de variación intercensal exponencial (r) se realizó mediante la formula logarítmica de Henry
(1983). En base a esta fórmula se obtuvo la población estimada a partir de r (Henry, 1983; Pressat, 1983; Tapinos, 1988) para los
años: 1870, 1880, 1890, 1900, 1910, 1920, 1930, 1940, 1950 y 1990. De este modo
se obtuvo un valor para cada una de las décadas desde 1870 hasta 1990.
Cálculo
del tamaño efectivo de la población (Ne)
El
Ne se refiere a la
fracción de la población que contribuye a la formación de descendencia. El Ne
se calculó de acuerdo a
Cavalli-Sforza y Bodmer (1981) según la fórmula: Ne = 4MF/M + F. En donde, 4 representa la probabilidad que los
gametos provenientes de los abuelos paternos y maternos contribuyan
aleatoriamente, en ambos sexos, a la descendencia; M y F
equivalen al número total de varones y mujeres en edad reproductiva (15-44
años).
Figura 1. Departamentos y regiones geográficas de la provincia de Jujuy (Argentina).
Figure 1. Departments and geographical regions of Jujuy's province
(Argentina).
Estimaciones
del flujo génico
Se
usaron dos indicadores:
a)
Tasa efectiva de inmigración (Tei)
Representa
la proporción de inmigrantes en edad reproductiva en relación al total de la
población en este mismo grupo de edad. De acuerdo a Sánchez Compadre (1989),
este índice se calculó según la siguiente relación:
Tei = mi/Ne
donde Ne representa el tamaño efectivo de la población y mi
el número de inmigrantes en edad
reproductiva (15-44).
b)
Tasa de migración efectiva (me)
De acuerdo a Relenthford (1996) el flujo génico puede evaluarse en función de la distancia geográfica de los migrantes. De acuerdo a este planteo podría distinguirse entre los migrantes locales (L) y los migrantes de largas distancias (D). Estas medidas provienen de un modelo en el cual todas las migraciones dentro de un área predefinida son consideradas locales (L) y aquellas proveniente de lugares externos a esta área como de larga distancia (D). La definición del área local es arbitraria, en este caso se considerará como migrantes L a aquellos que provienen de países limítrofes y de provincias del NOA y como D a los restantes migrantes. En base a L y D se computará la tasa de migración efectiva me (Morton, 1995) de acuerdo a las siguientes relaciones:
m = D / T
k = L / (T - D)
donde D representa el número de migrantes de larga distancia; L el número de migrantes locales y T la población total.
Análisis
estadístico
Se
realizaron gráficos de la distribución de Tei y me por departamentos y la significación de la variación temporal de estos
indicadores se analizó mediante una regresión lineal. La correlación entre Tei
y me fue evaluada mediante la prueba de Pearson. La
homogeneidad interdepartamental de los valores de Tei y me se ponderó por un análisis de conglomerados jerárquicos utilizándose
la distancia euclídea al cuadrado. A partir de los dendrogramas se realizaron
mapas de las distribución de Tei y me para cada año censal (1869, 1895, 1914, 1947, 1960, 1970, 1980 y
1991).
Resultados
Se observó una gran heterogeneidad en la distribución temporal del Tei y me. Sin embargo, las diferencias interanuales sólo fueron significativas, para Tei en los departamentos Ledesma, San Pedro, Santa Bárbara, Santa Catalina, Susques, Valle Grande y Yavi y para me en San Antonio y en los mismos departamentos que para Tei, excepto Santa Catalina y Valle Grande. De acuerdo con el valor de la pendiente de la regresión estos departamentos presentaron dos tendencias: a) positiva (aumento del flujo génico), departamentos Santa Catalina, Valle Grande y Yavi (Fig. 2); b) negativa (disminución del flujo génico), departamentos Santa Bárbara, Susques, Ledesma, San Pedro y San Antonio (Fig. 3). El resto de los departamentos, en donde no se observaron diferencias interanuales estadísticamente significativas se consideraron con tendencia neutra o flujo génico relativamente estable en el periodo analizado (Fig. 4).
Se observó una correlación positiva muy alta entre Tei y me (r = 0,936; p<0,01), por lo que las consideraciones acerca de la magnitud del flujo génico pueden realizarse indistintamente recurriendo a cualquier de estos indicadores.
En cuanto a la magnitud del flujo génico en el periodo
analizado es posible determinar 4 grandes categorías de departamentos de
acuerdo a los valores de Tei y
me: a) baja (0-0,20) departamentos Valle Grande, Cochinoca,
Santa Catalina, Susques, Rinconada, Tumbaya, Humahuaca, Tilcara y Yavi; b)
mediana (0,21-0,35) departamentos Dr. Belgrano y San Antonio; c) alta
(0,36-0,50) departamentos San Pedro, Santa Bárbara y El Carmen; d) muy alta
(> 0,50) departamento Ledesma. Las diferencias entre departamentos respecto
los valores de Tei fueron
estadísticamente significativas con la prueba de Kruskal-Wallis (p<0,05).
Debido
a la alta correlación entre el me y el Tei los mapas de distribución espacial del flujo génico
por año censal se realizaron considerando solo el último indicador. Se observó
una dinámica del espacio provincial respecto al flujo génico no pudiéndose
distinguir ningún patrón característico ya que el número y constitución de los
distintos subgrupos en el dendograma se fue modificando a lo largo del todo
periodo analizado (Fig. 5).
Figura 2. Pendientes positivas de la regresión de Tei y Me frente al tiempo.
Figure 2. Positive slopes of Tei's regression and Me's
regression in relation to the time.
Figura 3. Pendientes negativas de la regresión de Tei y Me frente al tiempo.
Figure 3. Negative slopes of Tei's regression and Me's
regression in relation to the time.
Figura 4. Pendientes neutras de la regresión de Tei y Me frente al tiempo.
Figure 4. Neutral slopes of Tei's regression and Me's
regression in relation to the time.
Figura 5. Distribución espacial del flujo génico por año censal, utilizando el indicador Tei.
Figure 5. Spatial distribution
of the gene flow for census years, by means of Tei.
Discusión y conclusiones
No existen antecedentes de este tipo de investigación para las poblaciones de Jujuy. En ausencia de datos estrictamente genéticos los indicadores obtenidos con esta metodología permiten reconstruir, parcial e indirectamente, el flujo génico entre poblaciones a partir de un corte temporal, o bien, como se ha procedido en este trabajo, secuencialmente, permitiendo analizar la dinámica migratoria de las mismas.
Con respecto a
la variación temporal del flujo génico, casi la mitad (46,7%) de los
departamentos no experimentó variaciones significativas en el periodo
analizado, encontrándose entre estos departamentos densamente poblados, como el
Dr. Manuel Belgrano y El Carmen (Fig. 4). El 33,3% de los departamentos provinciales
manifestaron una disminución y sólo el 20% un aumento del flujo génico a través
del período analizado, pero entre estos sólo el departamento Yavi presentó una
tendencia pronunciada (Fig. 2).
Cuando se
considera la magnitud del flujo, el 60% de los departamentos presentaron un
flujo génico bajo ubicándose los mismos tanto en el grupo de departamentos con
diferencias temporales significativas (Santa Catalina, Susques, Valle Grande,
Yavi) como sin diferencias (Humahuaca, Tumbaya, Tilcara, Rinconada, Cochinoca).
De esto se deduce que solo los departamentos de Ledesma, San Pedro, Santa
Bárbara, San Antonio, Dr. Manuel Belgrano y El Carmen presentaron un movimiento
poblacional importante (Fig. 5).
Si bien Tei y me evalúan el impacto de la migración sobre la estructura genética de la población y en este trabajo se observó una alta correlación estadísticamente significativa entre ambos, éstos no proporcionan la misma información ya que evidencian aspectos distintos, aunque relacionados, de la dinámica migratoria. Mientras que Tei es indicativa de la inmigración sólo de los individuos en edad reproductiva, me reflejaría, indirectamente, la migración de genes independientemente de la edad (Cavalli-Sforza y Bodmer, 1981). Por este motivo las distribuciones de estos indicadores no siempre son iguales ya que no todos los migrantes, de acuerdo a su edad, contribuyen a la población efectiva, o sea a la población reproductiva. En síntesis, las relaciones y diferencias entre estos indicadores permitirían ponderar el peso de las fracciones reproductivas y no reproductivas de la población migrante. Esta situación se presentó en los departamentos de Santa Catalina, San Antonio y Valle Grande en donde la significación de la distribución temporal de Tei y me no fue concordante. En el departamento San Antonio, en donde sólo me presentó una variación interanual, el 8,1% de los migrantes pertenecieron a la población prereproductiva (0-14 años) y el 64,4% a la reproductiva (15-45 años). En cambio en los departamentos, en donde sólo Tei presentó una variación anual significativa, los porcentajes de la población migrante prerreproductiva y reproductiva fueron semejantes (Santa Catalina 22,9% y 30,8%; Valle Grande 16,9% y 26,6%).
Estos
hallazgos se relacionan a otras características demográficas de las poblaciones
jujeñas distribuidas en un gradiente altitudinal y a procesos históricos,
económicos y sociales diferenciales que acontecieron en los dos últimos siglos
en estas regiones ecológicamente diferentes de la provincia de Jujuy.
Dipierri
et al. (2000) al analizar la
distribución de la proporción sexual terciaria entre siglo XIX y XX encuentran
que las regiones de la Puna, Quebrada y Ramal son las que más se alejan del
equilibrio. Las dos primeras presentan valores inferiores al mismo, en tanto
que Ramal superiores. Estas desviaciones se observan fundamentalmente en los
grupos de edad económicamente activos. Teruel (1993) al analizar la variación
de la distribución de la población por región entre fines del siglo XIX y
comienzos del XX (Censos Nacionales 1869, 1895 y 1914), concluye que existe un
notorio cambio de la misma. Mientras que en el siglo XIX el mayor peso
demográfico se hallaba en las regiones de Puna y Quebrada, al principio del
siglo XX se traslada a las tierras bajas del Valle y del Ramal. El crecimiento
demográfico de las tierras bajas, en desmedro de las tierras altas en la
provincia de Jujuy continúa entre 1960 y 1985. En efecto en este período,
Stumpo (1992) observa que la zona que más perdió, en términos de importancia
relativa, es la Puna, seguida por la Quebrada y el Ramal. La Puna disminuye su
peso en la población total un 30,7%, la Quebrada un 25,9% y el Ramal un 18,4%.
El
comportamiento diferencial de flujo génico entre las poblaciones de la
provincia de Jujuy se relaciona también a procesos socioeconómicos particulares
de cada una de las regiones. Entre 1810 y 1880 la sociedad de hacienda o de los
grandes terratenientes de la Puna y Quebrada, ligada a la red comercial
tradicional del período colonial, comienza a desintegrarse y los indígenas se
transforman en arrendatarios (Morner, 1987; Rutledge, 1992; Fidalgo, 1988). De
acuerdo a Madrazo (1991) hacia mediados del siglo XIX la población de la Puna
se caracterizaba por su estabilidad, a excepción de los departamentos de Yavi,
Cochinoca y Rinconada. Los movimientos poblacionales en el departamento de Yavi
se producen en función de los intereses económicos del Marquesado de Tojo, el
que funcionaba como una empresa propietaria de varias haciendas, en tanto que
en los departamentos de Cochinoca y Rinconada, éstos son estimulados por el
florecimiento de la minería aurífera (Madrazo, 1991). Hacia 1910 la mayoría de
los indígenas continuaban viviendo como arrendatarios de fincas particulares
(Paz, 1992). Estas circunstancias favorecieron aún más el despoblamiento de la
Puna y la integración de su campesinado al sistema de relaciones sociales
capitalista que comienza a instalarse en las tierras bajas a partir de 1870
(Paz, 1992). Esto coincide con las tendencias bajas y estables del flujo génico
observada en la mayoría de los departamentos de la Puna y Quebrada (Fig. 4).
Mientras
que en la Puna se produce la destrucción de la sociedad de hacienda, en el
Ramal tiene lugar, entre 1870 y 1940, el reemplazo del modelo económico y
comercial colonial-mercantil por el de la agroindustria azucarera y la
estructuración de los ingenios azucareros (Rutledge, 1987, 1992; Lagos, 1992).
Del proceso de tecnificación e incorporación de capitales en la tierras bajas
surge lo que Lagos (1992) denomina el "ingenio-plantación" y la
conformación de un mercado regional de trabajo temporario en la región del
Ramal. De acuerdo a Lagos (1992) se organiza alrededor de estos ingenios
plantación, un movimiento de vaivén demográfico que tenía como región de
expulsión a la Puna fundamentalmente, provincias vecinas y sur de Bolivia y
como foco de recepción a ésta región. Este fenómeno socioeconómico se
manifiesta por la magnitud del flujo génico observado en los departamentos
Ledesma y San Pedro que presentan los valores más elevados de la provincia en
este periodo (Fig. 5).
Como
consecuencia de este proceso, entre 1930 y 1943 tiene lugar la integración y
proletarización del campesinado indígena de la Quebrada de Humahuaca, Puna
jujeña y provincias vecinas del noroeste argentino (Catamarca) a la
agroindustria en expansión en las provincias de Jujuy y Salta (Rutledge, 1992;
Paz, 1992). Esta integración se realizaba a través del reclutamiento represivo
de trabajadores y apelando a métodos coercitivos tales como las leyes de
conchabo y vagancia, el endeudamiento o la obligación de pagar los arriendos de
las tierras que ocupaban en regiones altas con su trabajo en zonas bajas
(Teruel, 1993). El reclutamiento forzado y la posterior migración espontánea
tiene lugar fundamentalmente entre la población masculina social y
económicamente activa ya que de acuerdo a Dipierri et al. (2000) la desviación del Indice de Masculinidad se
realiza en los grupos de edad correspondientes a esta parte de la población
(Rutledge, 1992) de modo tal que en las regiones de la Puna y Quebrada el
número de personas en edad de dependencia, en todos los años censales, es mayor
que el número de personas en edades económicamente productivas (Dipierri et
al., 2000; Dipierri y Alfaro 1996).
De
acuerdo a Stumpo (1992) en el período comprendido entre 1960 y 1985, la Puna
continúa funcionando como expulsora de fuerza de trabajo por la falta de
solución a sus problemas estructurales y las características del modelo de
crecimiento adoptado en la provincia y con el proceso
de urbanización creciente, donde la población tiende a concentrarse en los
centros administrativos. Esto explicaría la tendencia descendente observada en
los departamentos de San Pedro y Ledesma a pesar de mantener un flujo génico
elevado en comparación al resto de los departamentos (Fig. 3).
Los indicadores de flujo génico
utilizados en el presente trabajo permiten disponer, indirectamente, de una
visión de conjunto de más de siglo sobre la dinámica y la estructura
demogenética de la provincia de Jujuy, coherente, en general, con los
antecedentes demográficos e históricos de su poblamiento.
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